Los viajes lejos de ser algo imposible por sus costos o por los requerimientos, son imposibles por los obstáculos que nosotros mismos nos ponemos para no arrancar a descubrir nuevos destinos, es por ello que en esta oportunidad tenemos para ustedes la historia de un viejo amigo de La Revista DeMotos, se trata de Mateo Del Rio, quien además de sentir una gran pasión por las motos es un amante de los viajes y en esta oportunidad nos comparte, más que sus letras, las imágenes de esta maravillosa aventura.
Aventura por el Tibet
Por: Mateo Del Rio
Mi primer contacto con La Revista De Motos fue en el año 2009, recuerdo que para entonces la revista, en alianza con Auteco, realizó un concurso sobre la nueva Ninja 250r en el que se participaba por un kit: una maleta, una camiseta y una gorra. Grata sorpresa recibir una llamada en donde me informaban que era el ganador. Desde entonces he estado en contacto con la revista, como cuando impulsé la creación de la categoría 250 4t que luego se llamaría Ninja Cup o cuando siguieron activamente mi travesía por Sudamérica en una Vespa.
Siempre he pensado que cuando se hacen las cosas con pasión y se toma la decisión de salir de la zona de confort, uno mismo fija su límite. Fue así como terminé, una vez mas, sumergido en este maravilloso mundo de las motos pero esta vez en China, un país que no para de sorprenderme y que contrasta en casi todo con mi querida Colombia.
En agosto de 2017 recibí una llamada de mi jefe, había sido invitado a probar una motocicleta en la que estábamos trabajando, era la Renegade Scrambler X. Cuando supe el destino al que me llevaría esta pequeña travesía se me pusieron los pelos de punta, partíamos desde la planta de ensamble en la ciudad de Chongqing con destino a la región autónoma del Tibet.
El viaje no empezó según lo planeado, luego de perder el vuelo y retrasar todo un día, finalmente llegaba a Chongqing famosa por albergar la mayoría de las industria de motocicletas del país, por las mujeres chinas mas bellas y por su plato típico, el “hot pot”, que es básicamente una mezcla de carnes, verduras y hongos que se cocinan en un caldo caliente absurdamente picante y se comparte en el centro de una mesa redonda.
En total fueron alrededor de 4.000 kilómetros en 7 días, muchas montañas y carreteras de ensueño para cualquier motociclista, algunas por encima de los 4000 metros sobre el nivel del mar. Lo que más recuerdo de esta increíble experiencia es sentirme tan pequeño en este mundo, estar en una parte de China que esta relativamente aislada, la gratitud y humildad de cada persona que me crucé y haber tenido el privilegio de conocer a Amchok Rinpoche, quien es la segunda persona mas importante en el budismo después del Dalai Lama.
Esto lejos de ser una crónica de viaje, es una invitación a que salgan de su zona de confort y que todo lo que se propongan lo hagan con pasión, el resultado siempre será el mismo, la satisfacción de cumplir un sueño tras otro.
«No midas la vida en años, es triste y te lleva sin remedio a la muerte. Mide tu vida en kilómetros recorridos, cada kilómetro adicional y cada viaje te trae sabiduría y te lleva indefectiblemente a ser muy sabio».
Vivan su vida al 101%
Fotos: Mateo Del Rio y Miguel Angel Cruz @arqte17
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