Cada vez son más las formas de comunicarnos con nuestros lectores de la página web y los seguidores en las redes sociales. Alguna veces publicamos videos o fotos sobre comportamientos que consideramos se pueden evitar o cambiar. La respuesta de muchos es positiva antes estas publicaciones pero algunos pocos no tienen filtro a la hora de hacer sus observaciones. Es allí cuando nos preguntamos si esta es realmente libertad de expresión o de agresión.
Jamás verás en estas páginas apología al delito, que en el caso del motociclista tiene que ver con celebrar conductas inapropiadas en las calles o carreteras de Colombia o de cualquier lugar. El uso indebido de las vías públicas para practicar acrobacias, para hacer carreras clandestinas, no son material para nosotros, a menos que lo hagamos reportando accidentes que se pudieron evitar o creando conciencia entre nuestros lectores.
Para los que vivimos en zonas rurales, el tráfico es más tranquilo que el de las ciudades principales, pero lamentablemente las malas costumbres se pegan y ya vemos a los motociclistas, ciclistas y usuarios de las patinetas imitando las conductas inapropiadas de las grandes urbes.
Tema impopular
Sabemos que no es popular escribir sobre estos temas, no vamos a tener likes por esto y a la final no vivimos de eso, pero si nos gusta mover las fibras de quienes día a día se desplazan en este tipo de vehículos.
Hemos sido, como muchos otros, víctimas del irrespeto de las normas de tránsito por parte de los conductores de carros, buses, vehículos de servicio público y camiones. Pero también hemos visto como el respeto por parte de los motociclistas a los espacios ajenos ha disminuido. Los andenes, la berma, las ciclorutas, se volvieron espacios usados por ellos para evitar congestiones y ser los primeros. A veces parece que fueran siempre en una carrera contra el tiempo, cuando la moto es un vehículo tan ágil que nos permite llegar rápido a nuestros destinos, siempre y cuando salgamos con la debida anticipación.
Pensar antes de adelantar
Si vemos que un carro se detiene, algún motivo hay para ello, no es necesario sobrepasarlo sin más ni más, pues esa actuación puede costarnos la vida. El carro pudo haberse detenido para darle paso a otro y por nuestro afán colisionamos con él, o para darle paso a peatones, a quienes podríamos arrollar.
Cuando los carros van en fila por una carretera, evita adelantarlos por la derecha, esa zona no es para ese fin y en algunas zonas, ese pequeño espacio, ha sido destinado para el tránsito de bicicletas. Al circular por ese lugar no solo pones tu vida en riesgo, podrías chocar con una bici, atropellar a un peatón o golpear con algún obstáculo y perder la vida.
Libertad de expresión o de agresión
Es en estos casos que sale el que se cree dueño de la libertad de agresión, argumentando que si las motos transitaran en el centro del carril como dice el código de tránsito, las filas serían de kilómetros. Pero nunca se ponen en los zapatos del vehículo, que tienen que estar atento a los carros que van tras de él, los que van delante de él, los peatones, las motos, y fuera de eso el gracioso que culebrea entre derecha, centro e izquierda, como político en campaña.
Para eso se hacen las normas de tránsito, para que todos tengamos claros nuestros espacios. Para que todos nos respetemos y podamos llegar a nuestros destinos.
Mientras creamos ser los dueños de la verdad y no aceptemos las normas, esta tarea de supervivencia va a ser cada vez más difícil de concretar.
Aún así seguiremos en campaña
A pesar de las críticas, de los comentarios sarcásticos, de la «sabiduría popular» seguiremos en campaña con nuestros mensajes en pro del buen comportamiento en las vías. Ahora que los ciclistas y las patinetas se han unido al desorden, serán más las víctimas de estas conductas inapropiadas. Pues para ellos no parecen existir los semáforos ni los accesorios de protección como cascos, chaquetas o reflectivos.
Empatía
Antes de salir de casa, recordemos que no somos los únicos con derechos en las calles, también hay otros que tienen derecho al uso de las vías, de los andenes, de las cebras o pasos peatonales. En la medida en que todos transitemos ofuscados, estresados o de mal genio, hay más probabilidades de tener una eventualidad en el trayecto. Pongámonos en los zapatos del otro.
Este es uno de esos post que generan polémica
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2 comentarios
Saludos, el tema siempre es el mismo, la culpa es que van de afán a todo lado, si es entendible hoy se anda a las carreras pero vale la pena cometer cantidad de infracciones? arriesgar su vida y la de los demas? sino miren el gracioso de esta semana que por invadir una zona peatonal en pleno centro de Medellín, es detenido por un agente de transito y el infractor en un ataque de ira golpea al agente, luego destruye su vehiculo, la pregunta es ¿Vale la pena tanta cosa para quedar en lios legales?
No vale la pena