A pesar de conocer a muchos viajeros que se abren a sus sueños, siempre que vemos a una mujer que se aventura a recorrer el mundo en su moto, nos causa una gran admiración, no solo por aquello del «sexo débil», más bien por su tenacidad a la hora de hacer lo que les place sin importar los lazos que a muchas las atan.
Esta es una mexicana, oriunda de Monterrey, Nuevo León a la que apodan » La Marida» por estar siempre pendiente de sus amigos motociclistas cuando se pasaban de copas y ella se quedaba con las llaves de sus motos.
Citlaly Rodríguez no es una personaje fácil de olvidar, no solo por su viaje, también por su historia. Un día dijo que quería viajar hasta el fin del mundo antes de morirse, pues su trabajo de escolta había cobrado la vida de unos buenos amigos y ella no quería perder la suya sin antes haber disfrutado. Así fue como descubrió que el fin del mundo si existía y estaba en el sur de Argentina y fue en ese momento en que se fijó la meta de ir hasta allí en su Suzuki GSX R.
Con solo 10 dólares en el bolsillo, un morral con algo de ropa y su pasaporte, salió de casa sin decirle a nadie. Ya su madre sabía que ella emprendería la ruta, por lo que su familia le había hecho una despedida, pero no sabían la fecha de partida, se enteraron de que había salido cuando ella llamó de la carretera para avisar a sus hermanos que podían ir a su apartamento a recoger las cosas que allí había.
Poco a poco comenzó su recorrido, que a la fecha de nuestra entrevista ya sumaba 7 meses y miles de kilómetros. Citlaly no le teme a la vida y como desde muy joven ha trabajado para sostenerse, a punta de lavar platos, hacer aseo y vender calcomanías, se ha rebuscado la comida, la dormida y hasta la gasolina para la moto.
La travesía la llevó hasta su destino y fue así como llegó hasta el fin del mundo, cumplió sus sueños y ahora viene de regreso a México, pero la ruta incluye una visita a Alaska.
Según nos contó, no sabe cuál será su destino una vez termine el viaje, no es fácil dejar de andar, conocer gente, sus culturas y aprender, pero estaremos en contacto con ella para saber cómo fue el resto de la ruta. Ahora parte de Medellín rumbo a Panamá para volver a ver a su familia y seguir hasta el extremo norte del continente.