Todos nos preocupamos por la velocidad, siempre queremos saber cuanto es capaz de correr una moto y que tanto acelera, pero muy pocas veces nos preocupa saber ¿qué tanto frena una moto? o lo que es más importante, ¿cómo hacer para frenar mejor y en menos tiempo? Saber frenar es mucho más importante que saber acelerar, incluso en las carreras, donde los mejores pilotos casi siempre se destacan por su capacidad para frenar al límite y en el último instante, ganando posiciones o fracciones de segundo que de otra forma sería muy difícil obtener.
Kevin Schwantz, campeón mundial de 500 en el 93, se hizo famoso por sus impresionantes frenadas llevadas al límite y cuando en alguna ocasión le preguntaban al respecto, contestó lo siguiente: “yo empiezo a frenar cuando veo a Dios”.
En las dos fotos que encabezan este artículo se aprecia hasta donde se puede llegar con una perfecta técnica de frenado. Sólo la práctica constante, logra desarrollar la sensibilidad necesaria para controlar la potencia que se debe aplicar en cada uno de los frenos sin perder el control.
En el uso diario, nunca se debe llegar a este punto, por el contrario se debe siempre tratar de anticipar las frenadas lo máximo posible, esto se consigue observando todo lo que sucede a nuestro alrededor, “leyendo” en cada situación los posibles riesgos y las señales de alerta que nos ofrece la vía, tales como: arena, huellas de frenazos, humedad, excrementos de animales, aceite, etc. Todo esto nos pude servir para anticipar una situación difícil reduciendo la velocidad con suficiente tiempo, pero tarde o temprano, siempre llega el momento en que nos vemos en la necesidad de frenar con todo y sin previo aviso, y es ahí en ese aterrador instante, sin tiempo para pensar, cuando se necesita saber qué hacer.
Conceptos errados sobre saber frenar
La mayoría de los accidentes que a diario suceden o las tontas caídas cuando el suelo está mojado o resbaloso, se podrían evitar con una correcta técnica de frenado. Pero ¿qué es frenar bien? Es lo que muchos se preguntaran en este momento y la cosa es muy simple, frenar bien es saber detener la moto en el menor espacio posible sin perder el control o el equilibrio durante la maniobra. Ahora lo importante es saber cuál es la técnica o dónde está el misterio.
Muchos motociclistas tienden a creer que el freno delantero es peligroso y por ende terminan olvidándose de él. La verdad es totalmente opuesta, pues precisamente este freno es el que tiene la mayor capacidad para detener la moto y esto se explica porque al momento de aplicar los frenos, la inercia hace que el peso se desplace hacia la rueda delantera, comprimiendo la suspensión y aumentando su agarre con el suelo. Y mientras esto sucede, la rueda trasera experimenta todo lo contrario, perdiendo peso y mucho de su agarre.
Según pruebas se ha podido demostrar que cerca del 70% de la capacidad de frenado está en la rueda delantera, por esto es normal que en las motos éste freno sea mucho más grande y potente que el trasero. El ejemplo más claro se ve en las motos deportivas con sus dos impresionantes discos en la rueda delantera, que contrastan casi siempre con un pequeño disco ubicado atrás.
Cuando se utiliza sólo el freno trasero, se está desperdiciando un 70% de capacidad de frenado y se corre más riesgo de bloquear la rueda. Cuando sólo se utiliza el delantero se corre el riesgo de que la rueda trasera se levante, perdiendo así la capacidad de maniobra.
Cuestión de sensibilidad y buenos frenos
A la hora de frenar se deben tener en cuenta algunos factores, el primero y más importante es que lo ideal es frenar con la moto en línea recta y utilizando ambos frenos, de esta forma se tiene todo el agarre de las ruedas y la máxima potencia de frenado. Lo ideal es aplicar el freno trasero una fracción de segundo antes, esto hace que la moto baje de atrás, comprimiendo la suspensión y evitando que el peso vaya totalmente adelante, con esto se reduce la pérdida de agarre de la rueda trasera y se puede aplicar más potencia en este freno.
A la hora de parar, un 70% de la capacidad de frenado esta en el freno delantero, por eso es muy importante aprender a sacarle el mayor provecho y mantener el sistema en perfectas condiciones.
La ciencia está en desarrollar la sensibilidad suficiente para poder aplicar la máxima potencia en cada freno sin llegar a bloquear la rueda, o como se dice normalmente, sin frenar en seco. Cuando esto sucede se pierde el control de la dirección y generalmente se termina en el suelo por efecto del derrape. Para evitar esto, se debe practicar constantemente frenando a diferentes velocidades, hasta ser capaces de parar completamente en el menor espacio posible, sólo así se logra la sensibilidad necesaria para frenar de la manera más eficiente. Cuando sea necesario frenar en curva o en superficies resbalosas, deben aplicarse los frenos con mucha suavidad y aunque no existe una técnica que garantice mejores frenadas en estas condiciones, si esta demostrado que quienes practican Motocross o Enduro, desarrollan un mayor tacto para frenar en húmedo o en suelos resbalosos. Los demás debemos usar la experiencia que se va adquiriendo con el tiempo y ante todo la prudencia que nos indica bajar la velocidad y aumentar el espacio con los demás vehículos cuando el suelo este resbaloso.
Otro factor que puede servir al frenar, es la retención que ofrece el motor al bajar cambios, sobretodo en los motores de cuatro tiempos, pero aprovechar al máximo esta ayuda extra requiere bastante práctica, ya que no es tan fácil mantener los frenos a fondo y reducir las marchas suavemente para no bloquear la rueda trasera. Donde sí es más fácil aprovechar la compresión del motor, es en largos descensos o al entrar en las curvas, además esto no afecta en nada al motor y es más barato que gastar frenos.
Por último, no sobra recordar que siempre se debe mantener en óptimas condiciones el sistema de frenos, realizando revisiones periódicas. De esto depende en gran parte la eficiencia y la calidad de la frenada.
Por regla general se sabe que economizar en los frenos es un mal negocio.