Si alguna marca trabaja fuerte para mantener felices a sus clientes, esa es BMW. Salidas nocturnas, viajes para todos los gustos, cursos de manejo, encuentros y competencias.
Y entre las competencias, una bien interesante es el Rally Mini BMW Motorrad, que como su nombre lo dice, es una carrera abierta a los propietarios de las motos alemanas y de los vehículos Mini, que también hacen parte del Grupo BMW.
La última cita se cumplió en los Llanos Orientales y hasta esa bella región nos fuimos a bordo de la roadster de la marca, equipada con el motor bóxer de 1200cc, la R1200R, una deliciosa moto de asfalto, con un marcado carácter deportivo, pero al mismo tiempo bastante cómoda y versátil, que habíamos tenido el gusto de probar en España cuando fue presentada a la prensa internacional a finales de 2014 y que esta vez pudimos disfrutar al máximo, no solo compitiendo en ella, sino viajando desde Medellín junto al grupo de pilotos que conformaban la delegación “paisa”, que se sumó a pilotos de Cali, Bucaramanga, Bogotá y el Eje Cafetero, para un total de 190 participantes en dos ruedas, divididos en categorías novatos y profesionales, con rutas de asfalto y tierra.
Nosotros obviamente nos decantamos por la ruta de asfalto, y digo nosotros porque la prueba la realizamos en pareja, un piloto (quien esto escribe) y una navegante, quien fue la encargada de “cantar” la ruta, como dicen los que saben de estos temas. Y aclaro esto porque este era apenas mi segundo Rally, el primero también con BMW fue en carreteras de Antioquia, pero en aquella oportunidad contaba con una F800GS que me permitió gozarme la ruta “off road”, con un resultado muy malo en términos competitivos por culpa de un despiste en el camino, pero excelente en términos de disfrute de la moto y de las carreteras. Algo así fue lo que vivimos en los Llanos, lo pasamos increíble con la moto, nos gozamos al máximo la ruta y los paisajes, en algunos tramos rodamos bastante rápido para tratar de mantener los promedios y los tiempos que marcaba la hoja de ruta, pero en términos competitivos debimos aceptar que hay gente muy preparada y con todo el conocimiento, sin embargo lo bueno de un Rally es que desde el primero hasta el último se lo disfrutan, hay quienes van a ganar y también quienes solo quieren pasar bueno con sus motos y en este grupo estábamos nosotros y la verdad que se logró el objetivo con creces, le sacamos el jugo a la moto, conocimos, descubrimos nuevas rutas, conocimos gente, nos perdimos y terminamos la jornada con un cansancio tremendo, sobre todo por el intenso calor, pero felices de haber participado.
El día se cerró con un asado típico de la región, amenizado con música y bailes llaneros y por supuesto con la premiación de los ganadores, que pueden ver en el recuadro. Pero todavía nos faltaba el regreso a casa, de manera que la diversión continuó al día siguiente, donde acompañados por un excelente clima desandamos los 550km que nos separaban de Medellín, a donde llegamos al final de la tarde, cansados pero con ganas de repetir. DM
La R1200R fue nuestra compañera en esta competencia, donde la pudimos disfrutar a fondo en carreteras de Boyacá, Meta y Casanare, junto a un nutrido grupo de pilotos que viajaron desde diferentes regiones.
Además de las motos también hubo dos categorías para los Minis.
Los Ganadores – Motos asfalto: 1º Jaime Andrés Navas, 2º Héctor Martínez y 3º Oscar Cely – Motos tierra Pro: 1º Camilo Patiño, 2º Camilo Hoyuela y 3º Jorge García – Motos tierra amateur: 1º Héctor González, 2º Duberney Villota y 3º Fernando Jaramillo