El mundo de las dos ruedas sufrió una gran pérdida con la muerte del diseñador Michael Czysz, quien creó hace varios años la C1, una máquina para competir en MotoGP, uno de los motivos por lo que fue considerado uno de los diseñadores más creativos de la pasada década.
Pero no solo las motos tradicionales conquistaron el corazón de Michael, también las eléctricas se encargaron de cargar sus baterías y poner a funcionar su talento en pro de estas máquinas. Durante cuatro años ganó en el TT Zero de la Isla de Man, una carrera que sin duda le debe mucho al diseñador estadounidense pues su participación le dio un toque de interés adicional a los constructores y amantes de la velocidad.
Michael no solo diseñaba motos, muchas construcciones contaron con su talento donde fue considerado un maestro del maximalismo, pero su verdadera pasión estaba en las dos ruedas.
Lamentablemente para los amantes de sus diseños, el cáncer lo obligó a alejarse de su pasión por el diseño, hasta el 8 de mayo cuando la enfermedad le ganó la carrera, pero su legado sigue vivo en MotoCzysz.