Relato: Daniel Velandia
Las aventuras en moto simplemente nunca dejarán de estar de moda sin importar qué tan comunicados estemos, qué tantas fotos o vídeos haya disponibles en Internet o cuántos amigos o conocidos hayan alguna vez estado en ese lugar que tanto nos llama la atención. Pocas cosas son tan reconfortantes para el alma y el espíritu como el tomar tu moto y emprender el camino hacia ese destino misterioso y mágico que desde hace tanto tiempo has querido visitar.
La aventura hace parte del espíritu de Mastech, un nombre que surgió por el deseo de su creador de desarrollar productos que hicieran más sencillo, práctico y cómodo para él y sus amigos el completar cada una de las expediciones que se propusieran llevar adelante, bien fueran dentro o fuera de las fronteras de nuestro país.
Con el tiempo la empresa ha crecido a la par con su portafolio, pero el espíritu sigue siendo el mismo de siempre y eso es algo que ahora ha querido compartir con sus clientes, no solo a través de sus productos sino mediante la oportunidad de vivir nuevas y emocionantes experiencias a lomos de sus máquinas recorriendo los parajes más exóticos de nuestro país y en la compañía de guías expertos que les ayuden a extraer el mejor provecho de una experiencia única que muy seguramente les abrirá las puertas a nuevas y fascinantes aventuras.
Esa es la intención del Mastech Xperience Tour, cuya primera edición se llevó a cabo durante la pasada Semana Santa y que tuvo como destino la remota ciudad de Puerto Carreño, capital del Vichada y el puerto comercial ubicado más al oriente de nuestro país. Llegar hasta allí constituye una dura prueba para el piloto y su máquina, el calor, las precarias condiciones del camino que pasa de un duro piso de tierra y piedras a senderos arenosos, barriales y esa tierra roja que no sólo tiñe de su rojo ocre todo lo que toca sino que hace sentir como si las llantas patinaran sobre una superficie de aceite.
Y luego están las distancias, y el polvo, el desafío de rodar por caminos abruptos que deparan sorpresas en el momento más inesperado, justo cuando se baja la guardia y cobran sin miseria el menor descuido con consecuencias que ninguna moto ni ningún hombre, o mujer para tal efecto, quisiera tener que pagar.
La recompensa que se obtiene al llegar es algo que va mucho más allá de lo que se pueda escribir, esto lo sabe cualquiera que haya emprendido una aventura en moto de cuenta propia. Carreño sabe ofrecer a sus visitantes parajes y experiencias únicas, buena comida, experiencias naturales magníficas tales como el avistamiento de delfines rosados en las aguas del río Orinoco o las piscinas naturales que se forman entre las magníficas rocas descubiertas en sus aguas.
Esto es algo de lo que pueden dar fe los primeros cuatro expedicionarios que se animaron a hacer frente al reto y la invitación propuesta por Mastech, para Juan Camilo, Sebastián, Thomas y Alejandro, quienes por primera vez en su vida se adentraban en las entrañas de la Orinoquía colombiana pudiendo vivir de primera mano la experiencia que ofrece una tierra que da albergue a una fauna maravillosa y en la que se alternan incesantemente amaneceres y atardeceres de ensueño que todo amante de la aventura merece presenciar en algún momento de su vida.
Esta ha sido la primera de muchas aventuras que Mastech tiene preparadas para sus clientes y amigos quienes tendrán la posibilidad de descubrir y vibrar nuevos destinos en una experiencia única, como solo se puede vivir a los mandos de una motocicleta y en la mejor compañía.