Para muchos de nosotros el trabajo del telemétrico en el box de un equipo de motociclismo, es como tratar de entender el Mandarín. Sabemos que están tras bambalinas en los garajes de cada equipo de motociclismo, pero de ahí a saber qué hacen es otro nivel. Del petróleo a la velocidad es una historia que nos habla de un colombiano que dejó un trabajo estable y de ensueño, por hacer realidad sus sueños.
Esta es la historia de un joven colombiano que sacrificó todo por sus sueños, un muy buen empleo, su familia, sus bienes y comodidades, por las motos. La mayoría de las veces las historias que comienzan con este tipo de encabezados tienen que ver con deportistas que viajan fuera de Colombia para comenzar una carrera como pilotos en el exterior. Esta vez la historia tiene otro final, se trata de Wilmar Sanin, un ingeniero que cambió su nivel de vida, para muchos envidiable, por la telemetría.
Aquí lo vemos en su época de docente
El llamado de una pasión
Alguna vez les ha pasado que están en un lugar envidiable para muchos, pero no es el que los hace realmente felices. Cuando te sientes de esa manera tienes dos opciones, cambiar o resignarte. Wilmar Sanin optó por la primera y fue así como esta aventura dio inicio.
Corriendo en Tocancipá
Ingeniero Mecatrónico de profesión, trabajó con empresas petroleras en Colombia, era profesor universitario, pero las motos le habían tocado el corazón desde el 2016 como motociclista y luego en el 2018 como piloto amateur en Tocancipá, donde hizo sus pinitos en la categoría XBikes, terminando tercero en el campeonato.
Durante la ceremonia de graduación en España, su paso del Petróleo a la velocidad ya era un hecho.

De allí surgió la idea de pasar a otro nivel con su carrera y enfocar sus conocimientos y pasión, en las motos. Así comenzaron los planes para estudiar una maestría de Motor Sport en España, concretamente en Barcelona con la gente de Monlau, los mismos del equipo Estrella Galicia y cuyos antecedentes tienen a figuras como Marc Márquez.
Dejó atrás 5 años de trabajo en petroleras y 3 como docente universitario. Vendió todo lo que tenía y partió rumbo a España a comienzos del 2019. Durante el estudio en Monlau le salieron las prácticas con el equipo Fau 55, del expiloto mundialista Héctor Faubel, con quienes hizo el campeonato español y el Europeo Junior de Moto3. Durante su tiempo como estudiante del máster, tuvo la oportunidad de ser Telemétrico en prácticas del equipo Estrella Galicia en una de las carreras del Mundial de Moto3, en el trazado de Catalunya, algo que años atrás hubiera sido impensable para él.
Con el team Laglisse
Al final del 2019 recibió la llamada del Laglisse, un equipo con el que hace unos años corrió Yonny Hernández. La oferta era pasar de ser practicante a trabajar con ellos. Las pruebas comenzaron en la pretemporada del 2020 con unos test y antes de la crisis de la pandemia, pero por fortuna a la fecha Wilmar sigue con ellos, en el Superbike español y Campeonato Mundial Junior Moto3.
En el campeonato Español de Superbike, actualmente trabaja de la mano con el brasilero, Erik Granado, piloto que también corre en el Mundial de MotoE.
¿Qué hace un telemétrico?
Básicamente se encarga de que toda la parte electrónica de la moto funcione correctamente, de acuerdo con las necesidades del piloto; Que los sensores y los sistemas de adquisición de datos funcionen bien para grabar toda la información de los sensores, de esta forma se descargan y se analiza el comportamiento de la moto, en diferentes condiciones de pista y con diferentes tipo de conducción. Con estos datos el telemétrico le da la información al técnico para que él a su vez modifique la moto.
Pero el telemétrico también tiene un contacto con el piloto a quien le explica cómo se está manejando la moto en cada punto de la pista, de forma que pueda mejorar o corregir su conducción, para sacar el máximo provecho a la moto.
«Por decir algo en Moto3, las cosas son muy parejas, por lo tanto cada detalle puede hacer la diferencia para estar en los primeros lugares con los pilotos del equipo».
¿Valió la pena?
Con esa formación, se metió de lleno en el mundo de la ingeniería y las motos y a pesar de lo mucho que le ha costado haber dejado a su familia y todas las comodidades que tenía en Colombia, Wilmar afirma que ha valido la pena. Ha sido un constante aprendizaje, entre sus compañeros están los técnicos que trabajaron con Maverick Viñales en la temporada del 2013, cuando fue campeón del mundo en Moto3.
En este momento cuenta con ofertas para trabajar en algunos equipos del Mundial de Moto3, pero el tema de sus papeles ha sido un obstáculo, pues aún no puede trabajar fuera de España. Pero él es muy optimista y sabe que pronto estará en el paddock del mundial.
Lo más duro para él ha sido dejar su familia, la soledad es muy complicada y puede llegar a ser un motivo para desertar de los objetivos, pero también el tema económico implicó muchos sacrificios, gastando sus ahorros y un crédito que pidió en Colombia para poder lograr sus sueños. Actualmente está mucho más cómodo pero no desconoce que la realidad del migrante no siempre mejora tan rápido como en su caso.
No todo tiene que ser trabajo, también hay espacio para la diversión y para las fotos con los mejores

Pensando en el futuro
Wilmar, en su interior, sigue siendo docente y en sus metas a mediano plazo está formar gente en Colombia, para que conozcan de la telemetría y la apliquen en los campeonatos nacionales.
En su punto de mira lo más alto está en llegar a ser jefe de mecánicos en un equipo de MotoGP. Es algo que desde Colombia lo veía muy lejano, pero estando en España y con lo que ha hecho hasta el momento no lo considera imposible.
Esta historia como muchas tiene sus pro y sus contra, pero lo que siempre está claro es que quien persigue sus sueños debe trabajar duro para llegar a ellos. Como dice el refrán «Roma no se hizo en un día».
Agradecemos a Wilmar por compartir con la familia De Motos sus experiencias y esperamos que pronto esté en el Mundial y compartiendo sus conocimientos con nosotros en Colombia.