Vamos a ir compartiendo con todos ustedes las historias de los viajeros de Pasaporte al Sur en Himalayan, para que les sigamos la pista a través de su aventura, igualmente los invitamos a seguirlos en sus redes sociales y en la página de Facebook, donde aparecen como @PasaporteAlSur
Se llegó la hora (23-01-2017) Después de varias semanas muy intensas logramos salir el 19 de enero rumbo a Bogotá. La sensación de prender nuestras motos, poner primera y por fin arrancar es indescriptible, grandes emociones y expectativas se suman en un sentimiento sobrecogedor.
Ese primer día comenzó con un cielo azul que sentimos como el presagio de un buen viaje y terminó con las buenas energías de la gente que nos acompañó en la tienda de Royal Enfield y con la que compartimos un rato muy agradable hablando del viaje.
Eli responde las preguntas de la prensa en Bogotá.
El día dos nos llevó hacia la capital de la salsa, una etapa larga y que disfrutamos al máximo, decidimos tomar la ruta larga, saliendo hacia Honda para luego ascender rumbo al Alto de Letras y pasar a más de 3.600 metros de altitud junto al Nevado del Ruiz, que esa tarde oculto entre nubes no nos dejó ver sus nieves perpetuas.
Rumbo a Honda con el valle del Magdalena de fondo.
Haciendo un chequeo visual en una parada del camino vimos que el herraje de las maletas del Irbis venía flojo y al mirar con más detalle descubrimos que un tornillo se había soltado, el problema se resolvió fácil, estábamos cerca de Fresno, Caldas, donde encontramos los tornillos y tuercas de seguridad que volvieron a dejar todo en su sitio. Aprendimos que es importante estar revisando estos componentes que están sometidos a un trabajo muy fuerte, aunque tomamos medidas extremas colocando tuercas dobles y un adhesivo especial, llamado traba roscas, para asegurarlas mejor y evitar que se aflojen.
Esa parada no programada nos retrasó un poco y debíamos llegar a la tienda de Royal en Cali, donde nos esperaban algunas personas que querían conocer nuestras motos y charlar un poco sobre nuestro viaje. Les llegamos un poco tarde, nos perdimos al entrar a la ciudad, pero nos tuvieron paciencia, nos esperaron cerca de hora y media y afortunadamente logramos llegar para disfrutar de un rato muy agradable, compartiendo con entusiastas de la marca y también de los viajes de larga distancia.
Con los primos en la tienda de Royal Enfield en Cali.
Nos tomamos un día de descanso en Cali, salimos a caminar, organizamos cosas, ajustes al equipaje que serán normales en el inicio del viaje, hasta que le encontremos el punto a cada cosa, aunque esto de empacar es un tema en el que uno nunca deja de aprender y evolucionar. La noche de Cali nos llevó al Boulevard del Rio, donde probamos las empanadas de Lucy Matta, quien lleva 46 años preparando esta delicia que es famosa por su sabor y forma extraña, también hubo tiempo para contemplar algunas esculturas de gatos que adornan este espacio caracterizado por hermosas construcciones de otros tiempos, que son una de las grandes riquezas de esta ciudad.
De la capital de la salsa nos despedimos temprano el domingo recorriéndola de norte a sur en compañía de varios miembros del Club Royal Riders Co, quienes no tuvieron reparo en ir con nosotros hasta Popayán, donde nos despedimos de ellos para seguir rumbo a Pasto, rodando por una de las carreteras más espectaculares que tiene nuestro país, en especial el tramo que va desde el Patía hacia Chachagüí, donde la magnitud de sus empinadas montañas y profundos abismos producen sensaciones difíciles de explicar con palabras e imposibles de capturar con la cámara.
Un poco de combustible para seguir rumbo a Pasto.
Llevamos cerca de 1.500km y las motos van perfecto, consumiendo en promedio un poco más de 100km por galón. Más allá de lubricar las cadenas y realizar una inspección visual por las mañanas antes de partir, no hemos tenido que tocar nada, en la altura del Alto de Letras se comportaron muy bien, el equipaje casi ni se siente, a pesar del peso y el volumen que llevamos siguen siendo muy divertidas, ágiles, estables y fáciles de manejar, como debe ser en una buena moto de viaje.
Ya pronto dejaremos Colombia y comenzaran a llegar los sellos a nuestro pasaporte, vendrán nuevas historia, anécdotas, paisajes y amigos. De momento solo nos resta agradecer a todos los que nos han acogido en sus casas desde que salimos, a todos los que compartieron con nosotros en estos días iniciales. Ha sido muy agradable sentirnos acogidos, llevarnos su buena energía y el deseo de regresar para volver a encontrarlos en la ruta.
Estos son los enlaces de los aliados de este proyecto, para que conozcan sus productos.