¿Asfalto o tierra? Ambas…
Encontrar una rueda que funcione igual de bien en todos los terrenos no es tarea fácil, pero después de probar la última novedad alemana la duda se va despejando.
Para unas llantas representa un inmenso desafío aferrarse al asfalto cuando cargan a cuestas una moto que puede llegar a superar los 400 kilos con ocupantes y equipaje, pero además deben ser capaces de manejar potencias y torques que exceden a los de muchos autos familiares y lidiar con los esfuerzos que suponen las inclinaciones en curva y las frenadas. Sí todo esto resulta sorprendente cuando nos detenemos a pensar en lo pequeña que es la zona de contacto entre el caucho y el asfalto en una llanta de una moto, que no supera el tamaño de un teléfono celular, qué podemos decir cuando el asfalto cede terreno ante la tierra, la gravilla o las piedras. Ese es el desafío que debe enfrentar una rueda pensada para una maxitrail de última generación, motos capaces de rodar a ritmos increíbles por todos los terrenos, llevando a cuestas grandes cargas y recorriendo inmensas distancias en cada jornada.
Para llevar a cabo esta dura tarea fueron diseñadas las TKC 70, el más reciente lanzamiento de la marca alemana de llantas, que por segunda vez decide presentar a la prensa especializada sus novedades con motivo de la Feria de las 2 Ruedas.
Las TKC 70 son la suma de las características de las Conti Trail Attack 2, las mejores ruedas de asfalto que tiene en su catálogo Continental para motos doble propósito y las TKC 80, verdaderas ruedas de enduro para motos de alta cilindrada que deben enfrentarse a las más duras condiciones de manejo “off road” sin dejar de lado el asfalto.
De ahí surge una llanta muy especial, que promete un gran desempeño dentro y fuera del asfalto, ofreciendo las últimas tecnologías de Continental, como es el sistema Multigrip que le da a la banda central una mayor dureza, la cual se va reduciendo gradualmente hasta llegar a los costados donde el caucho es más blando para brindar el máximo agarre en curva y larga duración en rectas. También dispone de lo que han denominado Raingrip, un compuesto que incrementa el agarre en mojado y su construcción utiliza un cinturón de acero a 0 grados que garantiza gran estabilidad a altas velocidades y reacciones suaves de la dirección al enfrentarse a terrenos rocosos.
Las nuevas TKC 70 ofrecen un balance perfecto para quienes saben aprovechar las capacidades de las grandes viajeras todo terreno, donde el nivel de disfrute es igual de elevado en el asfalto y en la tierra.
Con un grupo de las mejores maxitrail de última generación a nuestra entera disposición la jornada presagiaba muy buenos momentos y prácticamente así fue desde el inicio, cuando dejamos la ciudad para trepar por una de las montañas que rodean la capital paisa, donde el caucho nuevo no fue impedimento para disfrutar a muy buen paso cada una de las curvas, sintiendo desde los primeros metros una gran confianza para inclinar decididamente. El primer tramo de asfalto, infestado de curvas y buenos paisajes no dejó duda alguna de las capacidades de las TKC 70 en este terreno, donde fue evidente su suavidad, la fluidez para seguir la línea que se nos antoje, para cambiar de dirección rápidamente, frenar de manera impecable o poner toda la potencia en el asfalto aprovechando la gran capacidad de aceleración que tienen estas motos. Por supuesto que apagamos el control de tracción, el ABS y nos propusimos hacer lo máximo para buscarles los límites y siempre encontramos un agarre impecable en pavimento seco.
Después vino la tierra y sin bajar las presiones la sensación de confianza se repitió desde el primer momento, con un gran aplomo de la dirección, muy buena tracción y con muy buen “feeling” en la frenada, tanto que al poco tiempo ya íbamos apretando el paso como si no fuéramos sobre motos que marcan más de 230 kilos en la báscula y que se dejaban llevar con mucha facilidad, dando licencia para trascender al nivel de manejo donde ya no se trata de ir con calma y cuidado, sino de divertirse y disfrutar la moto con tranquilidad, incluso en los tramos donde la gravilla suelta era predominante y lo mismo cuando las piedras se cruzaron en nuestro camino.
Después de mucha diversión llegó un merecido almuerzo, que dio paso a una segunda ruta de tierra, donde ya con más confianza logramos exprimir mejor las ruedas que no dejaron de impresionarnos con su buen agarre. Ya solo faltaba sentirlas en lluvia y como mandado a hacer, un aguacero de esos que llegan de la nada, nos dejó empapado un tramo de asfalto angosto y sinuoso que fue el remate de la prueba, donde no quedó duda de la calidad de este producto y de las bondades del sistema Raingrip. El balance final del día quedó claro al ver la cara de satisfacción de todos los colegas al terminar la jornada y dejar todas las motos impecables en el garaje, más sucias talvez, pero intactas. DM