Las hermosas araucarias o «Piñao» son arboles característicos del sur de Brasil.
Brasil (24-06-2017)
Ni cuenta nos dimos cuando entramos al país más grande de Suramérica, íbamos rumbo norte por la costa de Uruguay y de repente las señales de la vía comenzaron a aparecer en un idioma que no entendíamos. ¡Estábamos Brasil y ni cuenta nos habíamos dado! Posiblemente esta sea la frontera más relajada de todo América, no habían militares, ni barreras, tampoco Policía o nada que hiciera pensar en que estábamos cruzando de un país a otro, solo la carretera, un poblado y luego, al retornar en busca de las oficinas de migración uruguayas, veríamos un letrero que daba la bienvenida al Brasil. Teníamos muchas expectativas de este país, era algo que estábamos esperando y desde el momento en que hablamos con el funcionario de la frontera se sintió una buena energía, una calidez especial en la forma como nos trató, en la manera como se tomó el tiempo para darnos sugerencias de lugares especiales que según el eran imperdibles viajando en moto. Así comenzó nuestro viaje por este país que nos regaló muy buenos momentos, aunque solo recorreríamos una pequeña parte del sur. El resto, que es inmenso, quedará para seguir soñando, pues esté es un país que merece un viaje completo, es como un continente, Brasil es grande, diverso y rico en todo sentido, y los brasileros son gente amable, de brazos abiertos, que contagian alegría y que reciben al turista con cariño, y más cuando se trata de aficionados a las motos. Ahí sí que se siente la fraternidad, como la vivimos en una pequeña ciudad turística, de estilo europeo, llamada Canela, allí dejamos buenos amigos que nos acogieron como si nos conocieran de siempre. El sur de Brasil esconde carreteras de montaña deliciosas para disfrutar en nuestras Himalayan, como la llamada “Ruta Romántica” que nos tocó en el mejor momento, cuando el otoño pinta el paisaje de hermosos colores. Este país también encierra algunos cañones impresionantes, que tuvimos la suerte de ver con buen clima, porque la lluvia nos acompañó la mayor parte del tiempo en las rutas brasileras. También intentamos disfrutar de sus playas, pero el clima no ayudó mucho y entonces decidimos apuntar las ruedas delanteras de nuestras Himalayan hacia las cataratas del Iguazú en busca de mejor clima y lo que encontramos fue increíble, pero eso será tema de nuestra próxima historia.
Y llegamos al séptimo país de esta travesía!!!
Este letrero es la frontera entre Brasil y Uruguay, nosotros, al igual que muchos, lo pasamos de largo sin darnos cuenta de que ya estábamos en el país de la samba.
Poco después de entrar a Brasil cruzamos una reserva natural donde vimos familias de capibaras o chiguiros como les decimos nosotros, aunque tristemente los conductores no respetan los límites de velocidad y vimos bastantes atropellados en la vía.
La Ruta Romántica es una carretera perfecta para disfrutar a bordo de las Himalayan, y recorre una de las zonas más turísticas del sur de Brasil.
Si algún día van por Canela, pueblo muy recomendado para pasar varios días, el Hostal 142 es una opción para tener muy en cuenta. Llegamos atraídos por su bajo precio para pasar una noche y nos terminamos quedando una semana, un lugar excelente!!!
Así luce la iglesia de Canela en las noches, una bella construcción hecha de piedra.
Este hermoso salto se llama El Caracol, otra de las bellezas del sur de Brasil.
Así es como luce la iglesia de Canela durante el día.
Compartiendo un churrasco al estilo «gaúcho» con los amigos de Canela.
Si se viaja al sur de Brasil hay que vivir un poco lo que son las tradiciones gaúchas, donde las danzas y la música juegan un papel muy importante.
En el Hostal 142 nos prestaron bicicletas y no perdimos la oportunidad para ir a conocer la zona de Canela y Gramado, dos pueblos turísticos de estilo europeo donde hay mucho para ver y para hacer.
De paseo en bici por Canela, Brasil.
En el Mueso del Vapor, que está en Gramado, Brasil, pudimos ver la máquina de hacer papel más pequeña del mundo, que es una de muchas réplicas completamente funcionales que enriquecen un museo único.
Con los amigos dando un pequeño «tour» por Gramado, Brasil.
El Cañón Fortaleza, es un lugar obligado si se viaja por el sur de Brasil.
Eli se ve pequeña en la inmensidad del Cañón Fortaleza, en la zona conocida como Aparados da Serra, sur de Brasil.
En lugares así es imposible no sentir envidia de las aves que los habitan.
Si el Cañón Fortaleza nos dejó sin palabras, el Itambenzhino no se quedó atrás con sus paredes verticales que casi se tocan.
Paisajes de fantasía en el Cañón Itambenzhino, en Aparados da Serra, sur de Brasil.
En Praia do Rosa no encontramos el clima que esperábamos, pero Eli encontró una nueva amiga.
La Serra do Rio do Rastro es de esas carreteras que parecen como salidas de una postal, pero el clima no estuvo de nuestro lado cuando ascendimos por las verticales paredes de estas montañas.
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