No hay quinto malo…
Hablando del encuentro nacional de BMW, celebrado el pasado fin de semana en el Quindío, se nos vino a la mente aquel adagio popular que dice: no hay quinto malo, refrán que se cumplió a cabalidad en la quinta versión del BMW Riders, el evento principal de la marca alemana, al que llegaron motociclistas de todos los rincones del país y algunos que se sumaron desde Alemania, México, Venezuela, Panamá y Argentina.
Como en las cuatro versiones anteriores, la cita fue en el eje cafetero, pero esta vez el evento se mudó de Quimbaya a Montenegro, teniendo como sede principal el Hotel Las Camelias, un lugar hermoso, que supo acoger de la mejor forma a los más de 1000 asistentes, que llegaron en poco más de 600 motos de todos los modelos, una cifra récord, que demuestra la gran acogida que genera la cita de las motos alemanas en Colombia.
Esta S1000R fue la que endulzó nuestro viaje al encuentro BMW Riders 2015
Pero la sorpresa no fue solo la nueva locación, también disfrutamos de un nuevo formato donde cada quien podía elegir entre 6 rutas diferentes para el día sábado, algunas largas, como la que nosotros recorrimos sobre una S1000R, que por cierto fue nuestra compañera en esta oportunidad, pero también habían rutas más cortas para aquellos que deseaban relajarse un poco o simplemente disfrutar de las actividades que BMW tenía preparadas en el hotel.
El viernes fue el día de llegada de todos los “riders”, nosotros rodamos desde la capital de la montaña con un clima lluvioso en casi toda la ruta, que presagiaba mucha agua para el fin de semana, pero con bastantes ánimos y expectativas de disfrutar al máximo un evento que se consolida como uno de los mejores de su clase en Colombia. Lo podemos decir con toda seguridad después de haber participado en todas las versiones, un fin de semana para disfrutar las motos al 100%, para compartir la ruta junto a los amigos, para cruzar el camino con conocidos que viven lejos y para hacer nuevas amistades.
La logística de un encuentro de estas características exige que el personal de apoyo esté disponible en caso de que las motos, o los fotógrafos, lo requieran.
Adrenalina al límite no solo en las rodadas, también en las actividades lúdicas en el hotel.
Para la ruta del sábado teníamos listo el impermeable, pero al abrir las ventanas de un cuarto de esos de finca cafetera donde no entra nada de luz, nos inundó un sol radiante. El día amanecía despejado por completo, el anhelo de todo motociclista cuando se apresta a rodar y con semejante motivación muy pronto estábamos encima de la moto comenzando una ruta hacia el lago Calima, era la más larga de las seis opciones, con un trazado de fantasía en medio del hermoso Valle del Cauca y el disfrute fue total, muchas curvas, asfalto en impecable estado y paisajes de fantasía, culminando con una panorámica hermosa del lago que es famoso por sus fuertes vientos.
El Lago Calima, un escenario hermoso.
En la tarde un almuerzo delicioso nos esperaba a las afueras de Armenia, una suculenta bandeja paisa que fue perfecta para recargar baterías y quedar listos para lo que nos aguardaba en el hotel, donde disfrutamos de lo lindo saltando desde un trampolín de 12 metros de altura al mejor estilo de los dobles de cine, también nos le medimos a una máquina estruendosa con una hélice de avión que nos permitió volar cual paracaidistas, sin tanto talento como los expertos, pero con una alta dosis de adrenalina y lo mejor fue la pista de minimotos, donde se disputaron muchas carreras y no faltó el que terminó arrastrándose por el asfalto. También tuvimos tiempo para hacer algunas pruebas de manejo, especialmente sobre un Mini Cooper Works, uno de esos aparatos de cuatro ruedas que nos logran emocionar casi al nivel de las motos y así se fue la tarde casi sin darnos cuenta.
Pero todavía nos esperaba la noche, con un escenario impresionante, donde la iluminación y un entorno natural, rodeado de inmensos árboles le dieron un tinte muy especial a una celebración que contó con Sebastián Martínez y Natalia Durán como presentadores, dos actores que además comparten la pasión por las motos y a quienes vimos rodando muy animados durante el día. La jornada se cerró con dos conciertos que duraron hasta bien entrada la noche, también hubo rifas, concursos y como es costumbre BMW hizo un donativo a una organización social de la zona que trabaja con niños especiales, una muy buena iniciativa que vale la pena destacar.
Ya solo nos restaba empacar maletas, aunque eso es un decir, porque en realidad solo llevamos un pequeño morral, con lo escasamente necesario para disfrutar al máximo de nuestra moto y eso fue precisamente lo que hicimos en los mil kilómetros que rodamos sobre la S1000R que nos acompañó en esta quinta edición del BMW Riders.
Este video nos muestra una de las diversiones que disfrutamos en el Encuentro