Si la venta de automóviles crece es una gran noticia, algo para celebrar, también es una noticia positiva si crece la construcción de vivienda. Nadie saldrá a quejarse o a insinuar que implanten normas para frenar la venta de autos de lujo, ni tampoco de camionetas o de casas de campo, así estas depreden zonas de bosques, humedales o tierras productivas, pero cuando se trata de las motos, decir que las ventas crecieron y que más personas de estratos bajos pudieron acceder a su propio medio de transporte, alcanzando una meta importante en sus vidas, eso sí que es una mala noticia, tanto que ya se habla sobre un documento que estaría preparando el Ministerio de Transporte, cuya finalidad es imponer nuevas normas para la venta y circulación de las motos. En palabras más claras, el objetivo es desestimular la venta de motos, o como decía el titular de un periódico frenar la “motomanía”.
En nuestro país lo mejor que saben hacer los políticos cuando algo les queda grande o se les sale de las manos es restringir, prohibir, colocar trabas, en fin, enredar las cosas, mostrar que no tienen las capacidades para el puesto que están desempeñando y que la única herramienta con que cuentan es la del “machetazo”. Desde estas páginas llevamos más de diez años insistiendo en la necesidad de ponerle seriedad al tema de las licencias, si hoy tuviéramos un verdadero sistema para educar y evaluar los nuevos conductores, la situación en las vías sería muy diferente, y no nos referimos solo a los que manejan moto, nos referimos a todos, incluidos los mismos Policías de Tránsito y de Carreteras, que muchas veces son los que peor ejemplo imparten.
Según lo que se especula, es muy probable que en dicho documento se imponga el pago de impuestos de rodamiento a las motos que van hasta 125cc, las cuales se encuentran exentas del mismo dado su pequeño tamaño y considerando que en su mayoría pertenecen a personas que ganan muy poco. También se habla de que el Sena podría entrar a jugar un papel en el tema de un examen teórico práctico que deben aprobar todos los aspirantes a obtener la licencia por primera vez, algo muy positivo en caso de que llegará a funcionar de verdad y no se convirtiera en un requisito de papel como hoy lo conocemos con las famosas escuelas de manejo que supuestamente son las encargadas del tema, pero que no debería ser exclusivo para los que aspiran a conducir una moto, ya que el tema de la accidentalidad y el caos vial no es responsabilidad exclusiva de los motociclistas. Otro punto podría limitar a tres años el tiempo que los nuevos conductores tendrían que esperar para obtener la licencia que permite conducir motos más grandes, con lo cual sumarían experiencia antes de subirse a motos más potentes, una medida que podría ser positiva.
Como se dice, amanecerá y veremos, solo esperamos que el objetivo no sea parar la “motomanía” o simplemente aumentar el recaudo, sino ponerle la atención que nunca le han prestado a un tema que evidentemente se está saliendo de las manos y que no se limita a las motos, sino a todos los vehículos que ruedan en Colombia, donde la ley que impera es la del más fuerte.
La moto es una solución tan eficiente, que ni la persecución de las autoridades o la
interminable lista de restricciones más absurdas han podido frenar
su crecimiento. Lo que falta es educación.