Siempre nos referimos al conductor cuando se toca el tema de la accidentalidad en moto y en general en las vías, pero nunca nos detenemos a pensar sobre la responsabilidad que tienen los acompañantes o pasajeros, quienes también ponen en riesgo sus vidas cuando se suben a cualquier clase de vehículo, pero más cuando se trata de una moto.
La realidad nos demuestra que el papel que pueden desempeñar los pasajeros es clave a la hora de hacer de las vías un espacio más seguro, pues no solo tienen el derecho y la capacidad de pedirles a los conductores que manejen de manera responsable y respetando las normas de tránsito, sino que además pueden influir de manera positiva en la conducción. Un buen pasajero puede ayudar a advertir sobre posibles peligros en la vía que el conductor pase por alto, también puede pedirle a quien conduce que reduzca la velocidad cuando considera que va excediendo los límites y esto aplica en todos vehículos, ya sean de dos o más ruedas, incluidos los de servicio público. Seguramente muchos accidentes, que dejaron heridos o muertos de manera innecesaria, hubieran podido evitarse si algún acompañante hubiera alzado su voz y pedido el favor al conductor de ir más despacio o de tener más cuidado.
El silencio de los acompañantes puede ser interpretado por quienes manejan como una cierta complicidad a sus excesos, cuando en muchos casos la gente simplemente se queda callada por pena o por susto. O peor aun cuando son los acompañantes quienes incitan al conductor a ir más rápido. Tenemos que aprender a ser pasajeros responsables, a entender que en nuestras manos también está la seguridad de las vías. Que no hay nada de malo en pedirle a quien conduce que lo haga con más cuidado cuando consideremos que va poniendo en riesgo nuestra integridad, la suya propia y la de los demás. Y esto se lo debemos inculcar especialmente a los niños y a los jóvenes. Es triste ver a tantas mujeres jóvenes resultar siendo víctimas de infinidad de accidentes por no haber sido capaces de pedirle a sus amigos o novios que manejaran con cuidado, por no entender que en las manos de ellas también está esa responsabilidad de velar por la seguridad.
Todos podemos aportar para que las vías sean un lugar más seguro, desde el niño que le pida a su padre que vaya más despacio hasta el pasajero de un bus o un taxi, pero en especial los acompañantes de moto deben ser los primeros en tener claro el papel tan importante que pueden jugar en la seguridad y asumir esa responsabilidad para su propio bien y el de los demás, es mejor hablar a tiempo, que lamentarlo para siempre. DM