Hay máquinas que a pesar de no tener altas prestaciones ni un equipamiento de lujo, inevitablemente nos dibujan una sonrisa en los labios por su óptimo desempeño, dándonos la continua sensación de que más que una moto, hemos encontrado la compañera ideal para las tareas de cada día. Es el caso de la Líbero 100 de Yamaha.
Esto es lo que sucede con la recién llegada a la familia Yamaha en Colombia, la Líbero, una cuatro tiempos que entra al segmento de las sport de 100cc, el de mayores ventas en nuestro país, y en el que se estaba echando de menos una propuesta innovadora de la casa japonesa para atender la gran demanda de usuarios de este sector y que llegará además como una alternativa diferente a las veteranas RX para los usuarios que cada vez más, prefieren los motores 4T.
La Líbero 100 es una moto sencilla y práctica que se convertirá en fiel aliada de muchos usuarios gracias a las buenas sensaciones que transmite desde el primer momento en que te subes a ella y a su enorme (a pesar de su reducida cilindrada) capacidad para desenvolverse en el diario trajinar dentro y fuera de las ciudades. Sus principales virtudes residen en la parte mecánica, esta Yamaha es propulsada por un enérgico motor 4 tiempos de 105,6cc, con árbol de levas en la culata, refrigerado por aire, que produce 7,4 caballos a 7.500rpm y que se caracteriza por otorgar una eficiente respuesta bajo cualquier circunstancia: por ejemplo, al encarar las duras pendientes de la capital antioqueña llevándola con carga completa o al rodar entre las congestiones, en ambos casos su repuesta desde que se abre el acelerador es óptima gracias al buen torque y a una carburación bien trabajada que nos permiten rodar entre las intensas congestiones urbanas a paso de peatón y sin sufrir los incómodos jaloneos producidos por una deficiente puesta a punto que te obligan a usar el clutch constantemente, y cuando finalmente nos encontramos con la vía libre, ya sea en plano o cuesta arriba, al apretar el acelerador el motor nos impulsará hacia adelante con su eficiente respuesta, provocándonos una ligera sonrisa en los labios gracias a la contundente entrega de potencia en primera y segunda velocidad, luego, al pasar a tercera, la entrega se hace más lineal y progresiva hasta alcanzar aproximadamente los 90 km/h en cuarta (en terreno plano por supuesto), velocidad a la que se siente muy a gusto.
Al salir a carretera nos encontraremos con una moto que se desenvuelve con creces, ayudada no sólo por su motor sino por la óptima relación de la caja de 4 velocidades, uno de los aspectos más fuertes de esta moto, que contribuye de manera importante al buen desempeño de la Líbero, permitiendo sacar el mayor provecho al propulsor en cada momento y aportando un extra de confort gracias a la impresionante suavidad de su funcionamiento, detalle que agradeceremos enormemente en todo momento. A propósito, los cambios no están dispuestos todos hacia abajo (como en la mayoría de sus rivales) sino que están configurados como en las motos “grandes” con la primera abajo y los demás hacia arriba, detalle que nos gustó bastante.
Otro buen aspecto de la Líbero 100 está dado por su comportamiento dinámico, Yamaha ha provisto a su nuevo modelo con un equipo que más allá de su sencillez, cumple a cabalidad con su tarea. La horquilla delantera de barras hidráulicas convencionales absorbe con propiedad las irregularidades del camino proporcionando suavidad y confort de marcha a sus ocupantes, igual sucede con el par de amortiguadores posteriores (que no tienen posibilidad de ajuste), aunque estos acusan un comportamiento algo más rígido que sin embargo no llega a ser incómodo ni siquiera andando a tope con pasajero. La moto es bastante estable y genera confianza en el paso por curvas, más allá de una ligera sensación de movimiento perceptible en el tren posterior, pero solamente al rodar con pasajero y llevándola a ritmo fuerte, esto es debido a la limitada rigidez del chasís doble cuna, pero dicho movimiento es raramente perceptible y en contraste se destaca el agarre de las llantas Pirelli (todo un lujo para las de su categoría) y la respuesta de los sistemas de frenos (de tambor en ambos ejes) que por sus generosas dimensiones y buen desempeño permiten detener a la Líbero en muy poco espacio y con plena seguridad.
En ciudad, encontrarás que esta 100 se siente como pez en el agua, no sólo por la respuesta del motor – caja, sino por la agilidad de la que hace gala en cualquier circunstancia, y es que cuenta con un amplio ángulo de giro que unido a su reducido peso y a sus dimensiones contenidas, permiten llevarla casi como si fuera una bicicleta sin importar que esté cargada hasta el tope con parrillero y algún paquete, que desafortunadamente tendrá que ir en los brazos de tu acompañante pues la Líbero no cuenta con una parrilla porta bultos de serie, algo inusual en las motos de este segmento. Sin embargo más allá de tener que cargar el paquete, la Líbero ofrece suficiente espacio y bastante comodidad para ambos ocupantes que se encontrarán con un asiento suave, amplio y libre de vibraciones, unos posa pies bien ubicados, con los del pasajero aislados de las oscilaciones de la tijera al estar montados sobre unas barras ancladas al chasís, y con un manubrio alto y bien dimensionado que facilita una posición relajada para el conductor.
Definitivamente esta es una Yamaha en todo el sentido de la palabra, cómoda y amable con sus ocupantes, una máquina bien hecha, concebida teniendo en cuenta las necesidades de las personas que con un limitado presupuesto buscan una moto de buena calidad y alta fiabilidad, todo reunido en un paquete bien presentado con un diseño atractivo y funcional; una máquina de equipamiento sencillo en la que echamos de menos, por la utilidad que revisten, el cubre cadena completo y las barras protectoras, pero que llega muy bien preparada para ponerse frente a frente con sus rivales, esgrimiendo argumentos contundentes que seguramente le ganarán el aprecio de muchos admiradores incondicionales.