Esa es una pregunta que todos los motociclistas nos hacemos con cierta frecuencia. Tanto que decidimos indagar al respecto, pues de seguir las cosas como van, llegará el día en que nadie va ha querer tener moto y no estamos exagerando, ya que ahora al problema del SOAT se ha sumado el de los impuestos, con un nuevo decreto, que pretende enredarnos más la vida. Como si no tuviéramos ya suficiente con el chaleco, las placas estilo presidiario, los mil y un retenes, etc, etc, etc.
Consiguiendo SOAT, misión imposible
El problema ya es conocido por casi todos. Las aseguradoras, salvo contadas excepciones, se niegan a vendernos el SOAT, esto hace que muchos de nosotros, desesperados, optemos por pagar dinero extra para lograr dicho documento. Pero el problema se extiende a las motos nuevas, pues tampoco a los concesionarios les es fácil conseguir el seguro, lo cual deja paradas las motos en los almacenes, esperando el seguro, sin el cual no es posible matricularlas.
Conversando con gestores que trabajan para diferentes concesionarios, nos enteramos de que en muchos casos deben conseguir los seguros en otras ciudades, obviamente pagando el respectivo “peaje”, cuyo costo se va incrementando en la medida en que se hace más difícil conseguir los SOAT. También nos comentaban que en algunos casos el costo extra puede llegar a los $40.000, dinero que va a parar a manos de intermediarios y a empleados de las aseguradoras, que llenan sus bolsillos de cuenta de nosotros y todo con la complicidad oficial, puesto que la Superintendencia Bancaria, a quien le compete el asunto, lo ignora, contestando siempre lo mismo, “necesitamos pruebas”. Nosotros nos preguntamos ¿no es su trabajo conseguir esas pruebas?, más cuando tienen denuncias por montones.
También pudimos conversar con un alto funcionario de Seguros del Estado, una de las pocas aseguradoras que vende el SOAT actualmente. Según él, el problema radica en que para las aseguradoras el SOAT de moto es un negocio con el cual pierden mucho dinero, esto debido principalmente a que en muchos casos el SOAT cubre lesiones que no fueron causadas en un accidente, pues las clínicas no siempre exigen la presencia del tránsito para que certifique que si se trata de un accidente, así sea luego de atendido el paciente. También se da el caso muy común, en el cual otro vehículo ocasiona el accidente, pero el SOAT que paga los gastos es el del motociclista, cuando en realidad la culpa la tuvo el otro, y esto sumado a los accidentes en los que el motociclista es responsable, y en muchos de ellos hay que sumar la irresponsabilidad, el mal estado de las motos, el uso de cascos de mentiras y cantidad de factores más que empeoran el panorama y por los cuales al final resulta obvio por que nadie quiere vendernos el SOAT.
Una posible solución que se nos ocurre, sería que el asegurado fuera el conductor y no el vehículo, pues es el conductor quien origina un accidente. De esta forma toda persona con licencia de conducción que maneje un determinado vehículo, tendrá su póliza personal y en caso de accidente, luego de determinada la culpabilidad, los gastos originados por lesiones serán cubiertos por la póliza del culpable, con esto las aseguradoras pueden controlar más fácil a un conductor que sea propenso a los accidentes, y en determinados casos donde se identifica un conductor irresponsable o con licor de por medio o similares, la aseguradora podría aumentar el valor del seguro o incluso suspenderlo. Esto requeriría de un trabajo coordinado con el tránsito, pero evitaría que una gran mayoría de personas responsables se vieran perjudicadas por la irresponsabilidad de unos cuantos.
Pero sea como sea, el problema actual debe solucionarse, ya que no es justo que ante una ley que nosotros no inventamos y que los aseguradores no cumplen, seamos siempre los motociclistas los que pagamos los platos rotos.
“Al caído caerle”
Así parece que piensan nuestros gobernantes, pues según un nuevo decreto, al momento de pagar los impuestos, nos van a exigir el SOAT vigente por un año (esto es sólo para motos de más de 125 cc), aunque suene ridículo y no quepa en la cabeza de nadie.
El plazo para el pago de impuestos en el caso de las motos es hasta mayo 31 del 2000, suponiendo que todos lográramos conseguir los meses restantes de SOAT para ajustar hasta mayo del 2001 y así poder pagar oportunamente los impuestos, el problema vendría el próximo año, cuando todos al mismo tiempo estemos buscando un SOAT. Nada raro que nos toque dejar la moto empeñada a cambio del dichoso seguro.
En verdad nos gustaría saber cuál es el objetivo de esta medida, pero además quisiéramos que nos dijeran como vamos a hacer para conseguir un SOAT sin tener vencido el actual, pues en todos los lugares donde hemos preguntado, nos dicen lo mismo, “sólo lo vendemos para carro, para moto NO”.
Pero el problema con los impuestos no se queda en lo del SOAT, por que además hemos encontrado algunas inconsistencias que dan mucho para pensar. Por ejemplo, al cancelar los impuestos de una moto nueva, se debe pagar el 1,5% del valor de la moto, hasta ahí todo bien, pero la sorpresa llega cuando nos dicen que es el valor de la moto más el IVA, con lo cual uno termina pagandole impuestos a un impuesto, ¿alguien entiende? Pero tambien encontramos otros detalles interesantes, como el siguente: según las tablas del ministerio del transporte, una Suzuki GS 500 modelo 99 esta avaluada en $8’852.000, según eso le corresponde pagar $132.780 de impuestos, pero una GS 500 nueva, modelo 2000, cuesta de contado $7’950.000, según esto una moto usada cuesta casi un millon más que la nueva y por ende paga más impuestos, un verdadero absurdo.
¿Hasta cuándo?
Si algo tenemos claro es que el problema no lo generamos nosotros, por tanto no debemos ser nosotros los perjudicados. Las soluciones no parecen estar cerca, pues aunque existen las denuncias, estas se hacen de forma aislada y vivimos en un pais en el cual el individuo no cuenta mucho. Por eso, si queremos conseguir algo debemos hacerlo unidos y esta unión la debe promover todo el sector, partiendo de los ensambladores y llegando hasta los almacenes y talleres, sólo así veremos resultados.
Edición 16
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