Es casi imposible resistir la tentación de admirar estas máquinas, y es que su aspecto clásico junto a su mecánica boxer de la Segunda Guerra Mundial, hacen de ellas un objeto único, una máquina que a las puertas del 2000, se ha quedado encapsulada en el pasado.
Estas motocicletas se vienen fabricando ininterrumpidamente desde 1939 en las montañas Ural, zona industrial de Rusia, donde están ubicadas las instalaciones de la IMZ. A lo largo de 60 años, las Ural se han ganado un lugar importante dentro de la historia Rusa, sirviendo incansablemente en el transporte, tanto de tropas como de civiles.
Puede decirse que las Ural nacieron en Alemania, país contra el cual, irónicamente debieron combatir. Su escudo original era el de BMW, de ahí el parecido de su motor Boxer, con los cilindros opuestos; para más precisión, el motor de la Ural es una fiel copia del motor BMW preguerra, creado por Max Fritz, un genio del diseño de motores aeronáuticos, que logró construir un propulsor sencillo, compacto y que entrega gran torque a bajas revoluciones, por lo cual su vida es larga y transcurre sin muchos problemas, gracias a esto fue y sigue siendo el motor favorito de muchos ejércitos.
No hay quien pueda resistirse a la tentación de dar un paseo en una máquina como estas, más aún si es en el «sidecar
Las Ural que llegaron al país, vienen en dos modelos diferentes, una es la típica moto militar, capaz de sortear con éxito los terrenos más difíciles, la otra es una versión más civilizada para uso en carretera. Ambas motos son propulsadas por el clásico motor “Boxer” de 650cc que produce 36 caballos a 5.600 rpm y un torque máximo de 4.55 kgm a sólo 3500 rpm, que llegan a la rueda mediante un confiable sistema de cardan. La caja de cambios es de 4 velocidades y el embrague, como en un carro, trabaja en seco.
Pensadas inicialmente para la guerra, las Ural son algo toscas, ajenas a todo lujo y con muy poco plástico encima, aunque esto les da el sabor clásico que las caracteriza, son algo así como un Willis minguerra modelo 99, no se puede comparar con los camperos actuales, está simplemente en otro nivel. Tener una de estas motos es lo mismo y para quién sepa apreciar su valor y disfrutar con sus virtudes será una moto excepcional.
La versión “4×4” se caracteriza por tener un eje que manda tracción a la rueda del sidecar (carro lateral), con lo cual se mueve muy bien en la nieve, cruzando ríos o sorteando pantanos, algo normal en los campos de Rusia, donde estas motos sirven de tractor, de ambulancia, de campero, y en mil labores incluidas las militares. Vienen pintadas en verde militar, dotadas con tanque auxiliar en aluminio y con llanta de repuesto, incluso traen un inflador dentro del espacioso baúl, ubicado en la parte trasera del sidecar y hablando del sidecar, en el se puede acomodar una persona de gran tamaño, que estará protegida del viento gracias al parabrisas. La principal diferencia en la versión de turismo, es que no cuenta con transmisión doble, esto permite quitar el sidecar. Por lo demás es casi igual, salvo algunos detalles, como la ausencia del tanque auxiliar o la pintura a dos tonos.
La vesrsión de turismo, y un detalle del motor «boxer» de 650 c.c.
Es importante destacar que los motores actuales han sido mejorados en algunos aspectos, con el objetivo de lograr las certificaciones en Estados Unidos, donde las leyes son estrictas en el control de emisiones y en aspectos de seguridad, por esto las Ural actuales traen carburadores Mikuni japoneses, y algunas mejoras internas en el motor que permiten el uso de gasolina sin plomo, además se tiene la opción del arranque eléctrico, que es mucho más cómodo, pero nunca igual al sabor de prender el motor con la típica patada.
El andar de estas motos es tranquilo, de sus dos escapes cromados sale un sonido delicioso y no hay quien resista la tentación de mirarla, las Ural son como imanes que atraen a todo tipo de personas, no hay quién se pueda resistir a la tentación de pasear en una de estas máquinas, mejor aún si se viaja en el sidecar. No son las motos para todo el mundo, de eso estamos seguros, pero hay quienes sabrán apreciarlas y es que no por casualidad se han vendido más de 3 millones de ellas en todo el mundo.
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Edición 14
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