Diversión para todos los días
Si algo es claro entre los defensores y detractores de la moto, es que moverse en carro o en los medios de transporte público es cada vez más difícil con los graves problemas de movilidad que sufren las grandes ciudades.
Y el panorama a corto y mediano plazo, en vez de mejorar, tiende a ponerse más crítico. Ahí es donde aparece el arma perfecta, el scooter de baja cilindrada, una solución a la medida de muchas personas, que no solo ahorra tiempo y dinero en los desplazamientos, sino que además puede hacer que el caos en la movilidad se torne hasta divertido, o al menos no la tortura que supone para millones de ciudadanos ir de sus casas al trabajo y viceversa todos los días.
El Crox 125R es la respuesta de la marca taiwanesa SYM a la crisis de movilidad que sufrimos actualmente y por lo que pudimos sentir en los días en que estuvo en nuestras manos, tiene buenos argumentos para convertirse en una elección acertada, comenzando por un diseño que atrapa miradas por donde quiera que pasa, con un frontal claramente inspirado en el líder del mercado, pero sumando características propias muy llamativas como la luz de leds integrada en su doble faro, muy útil para efectos de hacernos más visibles en el día. También destaca por sus formas, por su tamaño compacto y por sus combinaciones cromáticas unidas a unos gráficos muy llamativos y a un nivel de acabados que no tiene nada que envidiarle a ninguno de sus rivales.
Su tablero es muy original y completo y el tono de la iluminación se puede ajustar en diferentes colores.
En lo que respecta a equipamiento y especificaciones, el Crox apunta alto, con un propulsor de 4T de 124,6cc y culata de dos válvulas, cuyo cilindro tiene un tratamiento cerámico antifricción que le permite generar 10,05 caballos a 8.500rpm, una cifra destacable en este segmento, que va acompañada de un torque de 8,9Nm a 7.000rpm. Números que de inmediato hacen pensar en un desempeño al nivel de lo que ofrecen sus rivales o incluso superior, además su peso no se sale del promedio, con 117 kilos en seco, que se dejan mover con gran facilidad en todo momento.
A simple vista resulta difícil pasar por alto un equipo de frenos de muy buen nivel, con discos en ambas ruedas, lobulado el frontal, cuyo diámetro es de 226mm y convencional el trasero con 220mm, el primero dotado de una pinza de doble pistón y el segundo de pistón sencillo, ambas con un llamativo acabado en color rojo que resalta de inmediato, y equipadas con líneas blindadas que hacen presagiar una frenada de muy buena calidad.
La calidad de los frenos es una de sus fortalezas, equipando discos de buen diámetro en ambas ruedas y líneas blindadas que aseguran una frenada que supera todas las expectativas.
El tablero, que va oculto tras una pequeña cúpula de muy buen diseño, es de los pocos que destacan gracias a unas formas muy originales, igualmente por ofrecer bastante información y también por una iluminación que puede ajustarse en muchos tonos diferentes, pero tiene la desventaja de ser poco visible bajo la luz del sol, mientras que en la noche resulta todo lo contrario, demasiado llamativo y fácil de leer. A todo esto se suma un manubrio tubular, como mandan las tendencias actuales, de muy buenas dimensiones, fijado con una abrazadera central muy bien terminada y complementado con unos cubremanos muy efectivos, que al mismo tiempo aportan al “look” todo terreno, al que también apuntan sus ruedas anchas de labrado mixto, que van montadas en unos rines de cinco aspas que tampoco se quedan atrás en diseño y acabado.
La posición de manejo es muy natural y relajada, con un asiento que permite moverse hacia adelante o hacía atrás, para encontrar la postura más confortable de acuerdo a la estatura o preferencias de cada quien; las piernas se acomodan fácilmente gracias a un piso plano y de espacio generoso, que además da cabida a paquetes de buen tamaño que necesitemos transportar, para lo cual cuenta con dos prácticos ganchos donde amarrarlos. Y los brazos asumen una postura muy natural y descansada en el amplio manubrio, lo cual se traduce en facilidad de manejo y gran sensación de control en todo momento.
No hay que ser adivinos pasa saber de dónde vino la inspiración de su frontal, aunque logra un estilo propio donde destaca su luz día tipo Led, las direccionales integradas y la pequeña cúpula.
Lo mejor de un scooter urbano es cuando nos brinda una arrancada enérgica y el Crox sí que la tiene, al girar el acelerador el motor se pone instantáneamente a 6.500 revoluciones y el variador automático se encarga de administrar una salida limpia y contundente, que nos lleva de cero a 60 en muy poco espacio, dejando atrás los carros y demás vehículos con gran facilidad y poniéndosela difícil a sus semejantes.
Junto a una suavidad de marcha indiscutible así como de todos sus controles, la agilidad es otra de sus cualidades, factor muy apreciado cuando nos movemos entre el tráfico y que junto a su bajo peso y dimensiones compactas se convierten en herramientas valiosas a la hora de fluir en medio de espacios pequeños, pero además están sus frenos, que como imaginábamos, probaron ser muy efectivos, con excelente tacto y sobrados en potencia, ideales para lograr detenciones en espacios muy reducidos con gran seguridad y contando con una suspensión delantera que no se humilla ante el poder del disco delantero, lo cual nos pone en ventaja en muchos momentos, haciendo que el manejo sea muy divertido si nos tenemos confianza para aplicarlos a fondo, con derrapes, con la rueda trasera en el aire y con un motor siempre listo a ofrecer una recuperación muy buena y una velocidad punta cercana a los 100km/h o un poco más en condiciones muy favorables, todo esto se suma para hacer de cada trayecto algo muy entretenido cuando la vía lo permite.
En curvas ayuda mucho la firmeza de ambas suspensiones, con doble amortiguador en la rueda trasera, que sin llegar a ser duras en exceso o secas en su funcionamiento, ofrecen el aplomo necesario para trazar los giros con mucha seguridad, sumándose a todo esto un chasis de buena rigidez, que denota apenas pequeñas flexiones cuando ya nos proponemos a buscarle los límites y eso ya implica ir muy rápido, generalmente en tramos de descenso, donde puede seguirle el paso a motos de mayor cilindrada, sacando provecho de su excelente frenada.
SYM ofrece dos versiones más del Crox, una básica, con gráficos más discretos, que reemplaza el disco trasero por un tambor y monta un solo amortiguador atrás, cuyo precio es de $4.999.000.
La otra versión, es el Crox 150R, idéntico al que probamos pero con un motor de 151cc que produce 11 caballos y 11 Nm de torque, con un precio de $5.590.000.
Obviamente el pasajero es un factor importante cuando hablamos de un vehículo para el día a día, y en este caso podemos decir que será bien recibido en un asiento con espacio y espuma suficientes, también encontrará una postura cómoda de sus piernas, algo que no todos los scooter pequeños ofrecen, con unos posapiés integrados que cumplen su función de forma adecuada, además tiene a mano un elemento que sirve para sujetarse y que al mismo tiempo cumple una función estética a manera de remate la cola, pero sin servir de parrilla. Aunque bajo el asiento hay una gaveta de buen tamaño, donde se pueden acomodar algunas cosas o dejar guardado un casco tipo jet. También bajo el asiento hay un interruptor de seguridad que corta la corriente de la moto y el acceso al tanque de combustible, con capacidad para 1,37 galones, con los cuales se pueden rodar cerca de 120km incluyendo la reserva, un poco más o un poco menos dependiendo de nuestra mano derecha, pero con un motor tan alegre es difícil no emocionarse con el acelerador.
Crox 125R, recuerden este nombre, porque seguramente lo van a ver a menudo en la calle, ya que tiene muchos argumentos para conquistar nuevos clientes en un segmento ávido de nuevas opciones, donde el diseño, el desempeño, la calidad, la comodidad y la suavidad, unidos a un buen precio y a una garantía acorde son aspectos que pesan bastante y este citadino de SYM los reúne en un “paquete” que además resulta muy divertido. DM