Suzuki, demostrando su dinamismo puso en el mercado meses atrás la GN 125, una cuatro tiempos muy conocida en Europa, cuyo diseño la ubica en un segmento muy especial, pues sin ser una Custom ni tampoco una Sport, logra reunir lo mejor de ambas, pasando “el examen” con calificación sobresaliente.
No cabe duda, el futuro pinta a cuatro tiempos, casi todas las marcas se han estado moviendo en esa dirección, ya lo vimos con la Crypton, primera Yamaha 4T ensamblada en Colombia y seguramente el futuro traerá muchas sorpresas para este 99 que promete ser un año muy especial. Ya nadie duda de las ventajas de los cuatro tiempos, su consumo es menor, su mantenimiento más espaciado y ante todo son más “limpios (menor contaminación). Tal vez esto sea lo que más ha impulsado esta tendencia, pues para nadie es un secreto que en un futuro será difícil lograr que un dos tiempos cumpla las normas de emisiones, tanto que en los USA comienzan a imponerse motos de 4T en los campeonatos de motocross y supercross, algo que años atrás hubiera sonado a chiste. Volviendo al tema, Suzuki una marca donde los dos tiempos han predominado (en Colombia, claro), ha tomado la delantera en el ensamble de máquinas 4T de gama alta, como la Freewind o la GS 500, de la que ya hemos comentado antes, y que ahora dan paso a esta GN 125 pensada para un uso cotidiano y al alcance de muchas más personas.
Para esta prueba contamos con la colaboración de Suzuki Motor de Colombia y su agencia para Medellín que nos facilito la GN que acompaña este artículo. También queremos agradecer a toda la gente del Hotel Campestre Mirador del Pipintá, ubicado cerca de la Pintada donde estuvimos alojados durante un agradable fin de semana que duro la prueba en carretera, un lugar hermoso que vale la pena conocer (ver aparte).
Personalidad muy propia
Imaginen la siguiente receta: La comodidad de una Custom, los frenos, el motor y la estabilidad de una Sport, las suspensiones de una Enduro y la versatilidad y economía de un Scooter, todo empacado en un diseño muy sobrio, que recuerda las motos de finales de los 70’s y que le da un sabor especial a esta monocilíndrica. Eso mas o menos es la GN 125, o al menos eso nos pareció a nosotros durante los días que la tuvimos en prueba.
Entrando en detalles la GN “vive” gracias a un monocilíndrico, 4T, que produce 10,7 HP a 9500 rpm, los cuales se aprovechan gracias a una caja de 5 velocidades de desarrollo corto, cuenta con arranque eléctrico, cambiando el cranck por un práctico “ojo” que facilita el control del nivel de aceite. Su sistema eléctrico de 12V le concede una excelente iluminación que transitando en la noche la hace muy segura y confortable. Sus frenos, disco adelante y tambor atrás, son una delicia en todo sentido, pues conjugan potencia y progresividad, permitiendo detenciones muy efectivas a cualquier ritmo. En suspensiones aunque cuenta con sistemas muy convencionales, su gran recorrido y buena calibración, transmiten una gran confianza que permite disfrutar de lo lindo en carreteras curveadas, pero todo sin perder la capacidad de tragarse las irregularidades del camino, con lo cual se logra una suavidad digna de mención, inclusive en destapado, siendo destacable el buen ajuste de todos sus componentes. El tablero, de diseño muy simple, cuenta con velocímetro, tacómetro (muy útil), contador total y parcial, testigos de luces altas, neutra y direccionales. Los comandos son muy completos y funcionales, similares a los de la GS 500, aunque extrañamos el interruptor de destellos de la luz principal, algo vital en carretera, tanto como el pito en ciudad (que a propósito podría ser mejor). Muy buenos también nos parecieron los espejos, proporcionando un perfecto control de lo que sucede a nuestras espaldas.
Todo el conjunto esta presentado de forma impecable, con un terminado de todas sus piezas que sólo permite buenos comentarios, tanto en pintura, como en los cromados y piezas plásticas, donde se nota la calidad de una moto que procede del Japón.
Tablero completo de diseño muy simple, los espejos muy buenos.
Sorpresas
Algunas motos con sólo verlas y mirar su ficha técnica generan una idea muy concreta de lo que puede ser su desempeño, algo que con la GN nos había sucedido, aunque nunca sospechamos todas las sorpresas que encontraríamos al probarla.
De entrada la posición de manejo indica una moto muy fácil de conducir, los pies llegan fácil al suelo, el manubrio transmite seguridad y el reducido peso, ubicado muy bajo, da sensación de estabilidad, algo que agradecerán sin duda alguna las mujeres. Todos los comandos se encuentran ubicados en el lugar ideal, ofreciendo desde los primeros kilómetros una sensación de mucha familiaridad. Por seguridad, el arranque no acciona sin apretar el embrague, y al hacerlo el motor cobra vida con mucha facilidad, sin siquiera tocar el acelerador, además la moto cuenta con un interruptor en el gato lateral que evita arrancar con el abierto. La caja de cambios funciona con mucha suavidad, aunque encontrar la neutra no es tan fácil como uno quisiera, algo que obliga a buscarla con mucha delicadeza.
Al circular en el tráfico intenso de nuestra ciudad, la GN brilla por su manejabilidad a baja velocidad, por la respuesta de su motor y la dulzura de sus frenos, que permiten “clavarla” con la punta del dedo. Es importante aclarar que para obtener lo mejor de su motor es necesario mantenerlo sobre las 5.000 rpm, desde donde acelera con rapidez hasta llegar a las 10.000 rpm con toda naturalidad, transmitiendo su trabajo en forma de vibraciones que se sienten más que todo en el pie izquierdo, algo molesto sólo al principio, y produciendo un sonido que invita a buscar constantemente la línea roja del tacómetro. En carretera su desempeño es sobresaliente, la respuesta del motor y su caja de relaciones muy juntas, hacen fácil llevarla siempre en su punto óptimo, con lo que se logran promedios muy buenos para la cilindrada, por ejemplo subiendo al alto de Minas sin acompañante, pero con algo de equipaje, pude ver el velocímetro siempre entre 55 y 80 km/h, en un trayecto de mucha inclinación, donde la estabilidad y la nobleza del chasis permiten entrar en curva con el acelerador a fondo, aprovechando sus llantas Michelin al máximo. Cómo anécdota nuestro colaborador Luis Fernando Giraldo, encargado de la prueba de la GS 500, quién me acompañaba con su máquina de cuarenta y tantos caballos (viajando a dúo), nos contaba que nunca llego a pensar que tendría que subir siguiendo a la GN 125 y menos que la pequeña monocilíndrica lo pondría en aprietos para seguirla, incluso sacándole ventaja en las zonas mas enredadas, donde yo me divertía de lo lindo, jugando con la caja y acostándome hasta donde mi instinto de conservación me lo permitía. La GN puede rodar hasta unos 110 km/h como máximo en plano y mantener velocidades de crucero de 90 km/h sin dificultad, muy adecuadas para nuestras carreteras y con un consumo realmente bajo, 140 km por galón (de extra, la compresión de 9.5:1 así lo exige) caminando duro, para una autonomía cercana a los 300 km, sin incluir la reserva de ½ galón.
El sistema de iluminación y el grupo de frenos, no tienen queja alguna, sencillamente ambos son excelentes.
En pocas palabras
Quienes participamos de la prueba coincidimos en lo siguiente: El Mirador del Pipintá es un lugar al que muy pronto volveremos, pues la pasamos de maravilla, en cuanto a la moto quedamos realmente encantados con su desempeño, pues da mucho sin pedir casi nada a cambio, lo que en otras palabras se traduce en una moto muy noble, ideal para los que comienzan y desean tener una moto en todo el sentido de la palabra, con un motor que respira un aire a Suzuki por todas partes (pequeño pero eficiente), con una estabilidad y unos frenos que nada envidian a motos mucho más grandes, por el contrario sorprenden y con un diseño muy especial que la saca de lo tradicional, dándole un aire clásico, sin pretensiones de custom pero muy original y llamativa, incansable trabajadora del día a día y excelente compañera de aventuras. Demos entonces la bienvenida a la más pequeña de las Suzuki cuatro tiempos.
¿Ciudad o carretera? Cada quién escoje, por que la moto lo hace de maravilla en cualquer lugar, siempre con un consumo muy contenido.
Lo Más
– Motor
– Estabilidad
– Frenos
– Comodidad
– Economía
Lo Menos
– Neutra difícil de encontrar
Desde el puesto de atrás
La posición de nuestro cómplice es muy relajada, aunque algo baja. Cuenta con un buen espacio en el asiento, con una agarradera muy cómoda y con los tacos sujetos al chasis, gracias a lo cual viaja tan confortablemente como el conductor, con esto los viajes de varias horas se disfrutan mucho más y se sienten menos.
Buenos detalles
- El ojo para mirar el nivel de aceite de forma fácil y sin ensuciarse.
- El gato central, muy útil para realizar el mantenimiento.
- La facilidad de acceso a la herramienta, al filtro del aire y a la batería.
- El interruptor de seguridad en el gato lateral.
- El arranque eléctrico, ideal para las mujeres.
- Su buena autonomía, más de 300 km sin visitar una gasolinera.
- El seguro para el casco.
Malos detalles
- El seguro de dirección que esta ubicado en la espiga inferior, algo poco usual hoy en día.
- La ausencia de comando para destellos de luces altas.
EL PROPULSOR
La menor de las 4 tiempos de Suzuki se mueve gracias a un mono refrigerado por aire, con árbol de levas en cabeza, movido por cadena con sistema de tensado manual y dos válvulas accionadas por balancines. Su cárter es húmedo con capacidad para 850 ml. de aceite, además cuenta con filtro de papel. Se alimenta mediante un carburador Mikuni de 26 mm a depresión, que da una respuesta suave en todo momento, su sistema de arranque es eléctrico, olvidándose del cranck.
Notese la ubicación de la batería y la herramienta, de muy fácil acceso.
Texto y Fotos: Juan C. Posada.
Edición 9
Edición 10
Por un descuido nos equivocamos en la ficha de la GN 125, moto que probamos en nuestro número anterior.
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