No habíamos acabado de llegar de competir en los Llanos Orientales con BMW, cuando nos invitaron a participar en el Rally TT del Magdalena Medio, una propuesta a la que era imposible negarse.
Por eso de inmediato nos pusimos manos a la obra y comenzamos a planificar el que sería nuestro segundo rally de la temporada, para que suene más profesional, aunque la realidad es que nuevamente el objetivo era ir, pasar bueno y terminar enteros y al parecer ese también es el objetivo de Eventos a Motor, los organizadores de esta competencia, pues en la reunión de pilotos nos enteramos que esta prueba era 100% recreativa, pensada para que los participantes disfruten de rutas que normalmente no están abiertas al tránsito, sin premios ni ganadores. En pocas palabras un rally de navegación bastante fácil para que nadie se perdiera y donde la velocidad sería lo de menos.
Gran parte de la prueba se corrió entre fincas ganaderas.
Para la ocasión contábamos con una Ténéré 250, una moto que desde su llegada al mercado siempre habíamos querido poner a prueba sin éxito y la ocasión se mostraba perfecta para sentirla en todo tipo de terrenos. Por eso, sin ahondar demasiado en ella, les compartiremos algunas impresiones que nos dejó esta viajera todo terreno de Yamaha.
La competencia, abierta a motos, ATV’s y vehículos 4×4, arrancó desde la puerta de la Hacienda Nápoles, en Doradal, Antioquia y por cosas del destino nos tocó ser los primeros en partir, adentrándonos de inmediato en caminos de tierra que cruzaban por entre fincas ganaderas, cuyos paisajes nos hacían imaginar que rodábamos por las sabanas de África. Será por eso que los hipopótamos se han adaptado tan bien a esta región, porque se deben sentir como en su casa, pero esta vez no vimos ninguno por ahí, lo que si vimos fue cantidad de aves y árboles inmensos que por momentos convertían el camino en un túnel verde.
En medio de paisajes espectaculares se disputó esta prueba, que contó con la participación de Tomás Puerta, a quien vemos en la imagen inferior.
La ruta era tan divertida que no había manera de aburrirse, con algunos tramos donde se podía acelerar con todo y otros que exigían destreza, a veces rodando a campo abierto y por momentos dentro de una selva espesa, pero la Yamaha parecía no inmutarse con nada, incluso a pesar de que íbamos en pareja, para lo cual probó ser muy cómoda y tener un motor muy suficiente en cualquier situación, incluso en las subidas más difíciles, con piedra suelta o barro, su torque y una excelente tracción nos ayudaban a pasar sin inmutarnos y unas suspensiones bastante largas eran capaces de tragarse casi todo. La primera etapa, que arrancó en horas de la tarde, nos llevó por poblados que escasamente habíamos escuchado nombrar, los Pavos, Angosturas, San Miguel y La Danta fueron algunos de ellos, también rodamos junto al caudaloso río La Miel, que no conocíamos y por momentos confundimos con el Magdalena.
El último tramo desde La Danta hasta el punto de partida lo hicimos de noche, contando con la ayuda de las buenas luces de la Ténéré, que fueron vitales en medio de la total oscuridad en que rodamos, a lo cual se sumaba el polvo dejado por otro pilotos y por el tráfico normal de la vía, pero nada de esto impidió que llegamos sin problemas a la meta siendo de los primeros en terminar la prueba, aunque nos sorprendió que no hubiera nadie esperando a los pilotos, así fuera para bajar la bandera a cuadros y registrar la posición de llegada.
Sobre estas líneas el equipo AKT y una escultura de una iguana en el parque de Puerto Triunfo.
El día dos nos deparaba otra excelente jornada, esta vez saliendo desde Puerto Triunfo, también en tierras de Antioquia, en sus playas, a orillas del Magdalena, se corrió un prólogo contrarreloj que luego dio paso a otro excelente recorrido, donde nuevamente los paisajes se conjugaron con una ruta muy divertida, difícil en algunos tramos por la piedra suelta, donde cruzamos inmensos potreros, pasando de finca en finca, abriendo y cerrando los portillos. Y al final concluimos en el río Cocorná, donde pudimos tomar un merecido baño en sus cristalinas aguas y compartir con todos los participantes un almuerzo en hoja de plátano.
Motos, cuatris y Side by Side, se le midieron al Rally del Magdalena Medio.
El balance final fue muy positivo, decir que pasamos bueno se queda corto o afirmar que la Ténéré 250 es una excelente moto para todos los terrenos no es exagerar, además de ser muy confortable y supremamente económica de combustible. La perfecta compañera de viajes para ir a cualquier parte, liviana, versátil y con un motor y unas suspensiones que no decepcionan, tan solo limitada por la altura de su asiento que exige al menos 1,70 de estatura.
Entre los asistentes estaba la Gacela colombiana, Maria V. Giraldo, que luego viajó a Marruecos para participar en el Rally de las Gacelas. Aquí sobre un cuatri de CFMoto, marca con la que la piloto compite.
Para los organizadores también fue un éxito total, con aspectos por mejorar como es de esperarse en cualquier competencia o evento de este tipo, pero donde todos los participantes se lo gozaron conociendo rutas hermosas, además de que la asistencia fue muy nutrida, con una cifra récord de 241 vehículos inscritos.
Aunque todavía no hay fecha definida, la próxima cita será en el último trimestre del año, con una ruta en tierras del Quindío, con salida y llegada desde Panaca. DM