Que sería de Colombia sin el Ferrocarril y los barcos a vapor, que de forma lenta pero segura establecieron un lazo rápido y efectivo entre los mares y sus puertos, con el agreste y montañoso interior del país, permitiendo el desarrollo de las ciudades, de la industria y mejorando sustancialmente la calidad de vida de la gente.
Fabricado en 1942, este AT-6 D sigue funcionando perfectamente, al lado dos motos europeas de postguerra
Tampoco estaríamos donde hoy nos encontramos, sin el aporte de aquellos simples pero eficientes carros, pioneros que a lomo de mula llegaron a nuestras tierras, cuando apenas existían unas pocas calles, las mismas que después se extenderían de forma incansable, cruzando valles, montañas y ríos, permitiendo estrechar aún más los lazos entre las nacientes ciudades y el campo, facilitando la colonización de este hermoso pero difícil territorio. Y como olvidar los aviones, pájaros de metal, madera y tela, que aún hoy hacen volar la imaginación de toda persona, con esa magia que les permitió ver lo que sólo sus parientes emplumados conocían y llegar hasta el más recóndito lugar, tan rápido y fácil, que ni en sueños un arriero lo habría imaginado.
Este Ford 1921 es «El Viejito» del museo
Tributo al transporte
Entendiendo la innegable importancia que han tenido los medios de transporte en nuestra historia reciente, en Cali surgió la Fundación Museo Nacional de Transporte, conformada por tres entes: Aeroclub del Pacífico, cuyo fin es promover y apoyar la aviación en sus diferentes modalidades. Fundetren, encargada de la preservación del tren colombiano, y el Club de Automóviles Antiguos y Clásicos del Occidente Colombiano, dedicado de lleno a la cultura automovilística nacional. Posteriormente se vinculó IPMS, una sociedad internacional dedicada al modelismo en miniatura. La sede del museo se encuentra ubicada cerca al aeropuerto de Cali y en ella se exhiben aviones, autos, locomotoras, modelos en miniatura, motocicletas y además se encuentra en proceso de construcción una enorme maqueta ferroviaria de 450 metros cuadrados. El Museo cuenta además con biblioteca, auditorio, tienda de souvenirs, archivo histórico, escuela y taller de modelismo y restauración.
Un hermoso convertible con su dueña y el mecánico espontáneo
Autos y Coches
El Museo cuenta con una nutrida muestra de autos, tanto americanos como europeos, entre los que se destacan un Lincoln Continental convertible 1946, cinco Buicks 1937, un Ford Depot Hack 1921, el Dodge Phaeton 1930, un camión Chevrolet 1926 y muchos más en perfectas condiciones, que son un deleite a la vista.
El simpático avión anfibio Gruman Goose, construido en 1942, posa junto al legendario Ford Mustang
Aviones
Imponente y compartiendo la sala con otras piezas, se encuentra un espectacular Douglas DC-3, construido en 1942 para la Segunda Guerra Mundial y que sigue funcionando perfectamente. También se destaca un biplano PT17 Boeing Stearman, que despega los sábados en la tarde, para deleitar a los visitantes con acrobacias, que en otros tiempos le servían para evadir al enemigo. La colección la completan un Grumman Goose (anfibio); un autogiro antecesor al helicóptero, único en el país y un AT6D Texan, avión usado por los americanos en la Segunda Guerra Mundial, armado con ametralladoras .30. Además el museo cuenta con turbinas y motores de aviones, muy instructivos para quien sepa apreciarlos.
Entre los modelos en miniatura se encuentran bastantes motos, como esta Kawasaki KZ de resistencia
Historia en miniatura
Para complementar las piezas reales, el Museo cuenta con 700 modelos a escala de todo tipo de vehículos, desde motos hasta submarinos, pasando por tanques de guerra, aviones y barcos famosos como el Titanic. También hay dioramas que representan distintos escenarios de la vida cotidiana y de la guerra. En un futuro el Museo proyecta llegar a las 5.000 piezas en permanente exposición y más adelante piensan construir una sección especial que albergará barcos de uso marítimo y fluvial.
Este es el aspecto final de la maqueta ferroviaria
Locomotoras y trenes
A la entrada del museo, debidamente restaurada, se encuentra una Locomotora Baldwin de 47 toneladas, construida en Estados Unidos en 1928. Otras dos locomotoras esperan pacientes junto a ésta su turno para ser restauradas y así recobrar su elegante aspecto de otros tiempos. Otra máquina Baldwin, de 55 toneladas, espera en la capital su traslado hasta la sede del museo. Complementando esto, el Museo adelanta la construcción de una maqueta ferroviaria, probablemente una de las más grandes del mundo, por cuya línea férrea desfilaran 150 locomotoras y 2.000 vagones. Representando la década del 50, modelo del ferrocarril de Pennsylvania, Estados Unidos.
En plena labor uno de los modelistas que trabajan en la construcción de la maqueta ferroviaria, una verdadera obra de arte
El Museo cuenta además con algunas motos, principalmente máquinas europeas (no todas restauradas), las cuales complementan la colección, junto con una muestra Filatélica alusiva a los medios de transporte.
Esta Harley fabricada en madera es una de las piezas más curiosas y admiradas del museo
Proyecto ambicioso
Este Museo, único en su género en el país, además de ilustrarnos en todo lo relacionado con la cultura del transporte, rinde un merecido homenaje a esas máquinas y a sus creadores, que movidos por el incontenible deseo humano de saber que se esconde más allá del horizonte, han cobrado un papel protagonico en los últimos capítulos de la historia humana, desde las carabelas que trajeron a Colón al Nuevo Mundo, hasta el increíble Mars Pathfinder, primer vehículo humano que se ha movido en la superficie de otro planeta, dejando claro que el futuro y el transporte van de la mano.
Biplano Stearman PT17 fabricado en 1939, listo para volar
Museo de Transporte: Teléfono (2)2705008 – E-mail: [email protected]
Texto y Fotos: Juan C. Posada
Edición 19
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