Kymco llega a Colombia de la mano de Auteco y su primer modelo es la Top Boy, máquina de la que a continuación les contamos en detalle.
Cuando nos llamaron de Auteco hace un par de semanas para invitarnos a probar un nuevo modelo próximo a salir al mercado, nos paso de todo por la cabeza menos que sería un divertido scooter de 100cc llamado Top Boy, pero la mayor sorpresa la recibimos al enterarnos que se trataba de una máquina fabricada por Kymco, una marca que ha dado bastante de que hablar en el mercado europeo, al que llegó hace un par de años y en poco tiempo ya estaba disputándose los primeros lugares en las cifras de ventas de scooters, siendo esto muy sorprendente, si se tiene en cuenta que este es uno de los segmentos más competidos en Europa y en el que los principales fabricantes se la juegan toda, invirtiendo bastantes recursos y tiempo en el desarrollo de nuevos modelos que incorporan lo último en tecnología y diseño.
Antes de comenzar a hablarles de la Top Boy, nos gustaría iniciar contándoles un poco acerca de Kymco, de su origen, su historia y lo que es hoy por hoy este fabricante de motos en el ámbito mundial.
La Kwang Yang Motor Company (KYMCO) es una empresa relativamente joven que comenzó actividades en 1963 y tiene su base principal en Taiwán, donde es actualmente uno de los principales fabricantes de motocicletas, con unas ventas que representan un tercio de las casi 800.000 unidades que consume este país anualmente. Esta empresa que emplea a más de 7.000 personas, de las cuales gran parte están dedicadas al área de investigación y desarrollo, creció al mismo ritmo que lo hacía Taiwán, un país que en pocos años paso de tener una economía basada en la agricultura a convertirse en una potencia industrial y tecnológica.
Hasta hace unos años Kymco concentraba sus actividades en Asia, donde existe un mercado creciente para motocicletas, pero a medida que fue expandiendo su capacidad productiva, que hoy por hoy ronda las 800.000 unidades al año, se vio en la necesidad de salir con sus motos a explorar nuevos mercados en otros continentes y fue tan sorprendente la aceptación que tuvieron, en especial con sus scooters, de los cuales tienen una amplia gama, que en poco tiempo esta marca paso de ser completamente desconocida, a convertirse en protagonista en más de 30 países.
Cuando comienzan las curvas sale a relucir el carácter deportivo de la Top Boy.
La calidad ha sido una de las prioridades de Kymco y prueba de ello es que en 1994 obtuvo la certificación ISO-9001, siendo uno de los primeros fabricantes mundiales de motocicletas en lograr esta calificación, que es actualmente el máximo standard de calidad a nivel mundial, pero además se ha trazado el objetivo de lograr que sus plantas de producción no contaminen el medio ambiente y para ello ha emprendido un complejo y costoso proceso de certificación ISO-14001, máximo standard en materia de ecología, pero sus intenciones también se enfocan a la producción de vehículos cero contaminantes y para esto se encuentra desarrollando en conjunto con una empresa americana algunos prototipos eléctricos que funcionan con baterías híbridas que se encuentran todavía en una fase de investigación y paralelo a esto han anunciado que este año dispondrán de dos nuevos motores de 2 y 4 tiempos equipados con inyección electrónica que le permitirán lograr una significativa reducción de las emisiones contaminantes, para poder cumplir en un futuro con las normas internacionales que serán cada vez más estrictas.
Ahora Kymco llega a Colombia gracias a un acuerdo suscrito con Auteco, una empresa de reconocida trayectoria que será la encargada de ensamblar sus máquinas y de brindar el respaldo que los clientes esperan. Y conociendo a Auteco y su amplia experiencia con marcas como Bajaj y Kawasaki, podemos estar tranquilos porque sabemos que detrás de Kymco se encuentra el respaldo de una empresa seria.
Vista desde atrás luce bastante bien
La primera impresión
Tener la posibilidad de probar una máquina de Kymco nos causaba gran curiosidad, pues ya habíamos leído bastante sobre algunos modelos de esta marca en revistas españolas especializadas en scooters y queríamos comprobar si todo lo que decían de ellas era cierto, por eso cuando tuvimos en nuestras manos la Top Boy, que apenas tenía 250km recorridos, lo primero que hicimos fue someterla a un detallado análisis de todos sus componentes tras lo cual comenzamos a entender que no era tan casual el éxito conseguido por esta marca en mercados tan exigentes como el europeo y es que simplemente su nivel de terminados es perfecto, o al menos no encontramos nada que nos hiciera pensar lo contrario y de inmediato se nota que no han ahorrado un sólo peso en materiales, en diseño o en equipamiento.
La Top Boy viene en dos diferentes versiones, una de estilo todo terreno y otra con un look mucho más asfáltico, esto le permitirá a cada cliente elegir la versión que se ajuste más a sus preferencias, pero en esencia se trata de la misma máquina con algunas variaciones que describimos en detalle en un recuadro aparte.
Cada persona puede elegir la versión que se ajuste más a sus preferencias
Ambas versiones comparten un diseño que es muy llamativo y actual, con un predominio de formas dinámicas que le imprimen un carácter deportivo y juvenil que atrapa miradas por donde quiera que pase. En especial nos gustó bastante el diseño del frontal en dos tonos, con doble faro y unas salidas de aire en los costados que lucen muy bien y que riman perfecto con las tomas de aire ubicadas en las tapas laterales cuya función es 100% estética. Pero no es necesario hablar demasiado de diseño, pues las fotos ilustran muy bien este aspecto y seguramente cuando tengan la oportunidad de tenerla frente a ustedes podrán corroborar que se trata de una máquina muy bien concebida.
Pura diversión
Después del análisis visual, llegó el momento de la verdadera acción y nos subimos en la Top Boy decididos a descubrir lo que en realidad era capaz de hacer y para ello preparamos un itinerario bien interesante con una dosis inicial de uso urbano, para luego pasar a una fase dedicada exclusivamente a la carretera que incluyo todo tipo de terrenos.
El doble faro en la versión todoterreno viene con este protector, lástima que la iluminación sea algo pobre.
La Top Boy se diseño pensando en todo tipo de personas, eso nos quedo claro al subirnos en ella y comprobar que su asiento se encuentra a una altura muy razonable, recibiendo perfectamente a personas de todas las tallas, además su peso se encuentra concentrado muy cerca al suelo, lo que redunda en una excelente maniobrabilidad con la moto parada, algo que sabrán apreciar sobretodo a las mujeres.
Su motor de 2 tiempos y 101,3cc se pone en marcha con un sólo toque del botón de arranque y un sistema automático lo mantiene un poco acelerado mientras toma temperatura, luego de esto es hora de apretar el acelerador y al hacerlo se sienten los bríos que tiene esta máquina que sale disparada acelerando sin ninguna pereza, tragándose el velocímetro en menos de lo que uno pudiera pensar. La sensación es tan deliciosa que provoca repetirla varias veces para sentir nuevamente el empuje que tiene esta moto.
Los reposapiés plegables, además de su impecable acabado resultan muy cómodos para el pasajero.
Moverse en la ciudad con la Top Boy es algo que resulta muy divertido, incluso en las peores congestiones, en las que uno se mueve a sus anchas aprovechando lo maniobrable que resulta a baja velocidad y su capacidad para colarse por cualquier espacio. Pero lo mejor sin duda alguna es salir disparado de los semáforos y olvidarse del acoso de los carros que lo tendrán muy difícil para seguirle el paso a esta pequeña fiera de la aceleración. Y si la cosa es de velocidad tampoco tendremos de que preocuparnos, por que esta máquina llega hasta 95km/h en muy poco tiempo y mantiene este ritmo sin ningún problema incluso con pasajero y lo hace funcionando con toda suavidad.
Cuando llegó la hora de la carretera, decidimos comenzar por la Loma del Escobero, un largo ascenso que es de los más empinados, que tenemos en el Valle del Aburrá y la Top Boy subió sin problemas con parrillero a bordo manteniendo un ritmo que nos dejó sorprendidos y si fue capaz de trepar por semejantes paredes, entonces es capaz de subir por cualquier parte, de eso pueden estar seguros.
En la parrilla se puede amarrar paquetes pequeños.
Después llegó la hora de las curvas y a medida que le tomábamos confianza, o más bien nos tomábamos confianza, las cosas empezaron a ponerse cada vez más emocionantes y muy pronto estábamos inclinando tanto que el gato central comenzó a rozar el pavimento por ambos lados, enviándonos un claro mensaje de que habíamos llegado al límite, pero sintiendo el agarre de sus llantas anchas, un chasis que no hace ningún movimiento extraño y unas suspensiones que están muy bien calibradas, podemos asegurar que el verdadero límite todavía esta muy lejos y esto da un buen margen de seguridad.
El stop y las direccionales cumplen a cabalidad su misión.
Si la capacidad de aceleración de la Top Boy sorprende, el poder de frenado es todavía más impresionante y el protagonista de esto es el disco delantero de 180mm de diámetro con pinza de doble pistón, que tiene tanta potencia que es capaz de bloquear la rueda fácilmente, por eso hay que tenerle bastante respeto en un principio, pero una vez dominado, es increíble la manera en que uno puede detenerse en pocos metros, usando a fondo el disco y apoyándose en la campana trasera, que sin ser tan potente, complementa muy bien la frenada, pero en esto también juega un papel importante la suspensión delantera que viene mucho más robusta de lo normal, para aguantar el voltaje de semejante disco.
En la Top Boy ambos ocupantes viajan comodamente.
La Top Boy resulta muy cómoda y ofrece un amplio asiento en el que caben perfectamente dos personas y que tiene una textura antideslizante que se mostró muy efectiva en las frenadas más bruscas. Desde atrás nuestro acompañante disfrutará al máximo la experiencia, pues ira todo el tiempo muy relajado y con las piernas bien apoyadas en los reposapiés plegables que están muy bien ubicados. Gracias a esto se puede pensar perfectamente en hacer paseos en pareja con toda tranquilidad y comodidad.
El tablero descresta de inmediato por su tacómetro que es toda una exclusividad en una moto de esta tipo.
Con todos los juguetes
Más allá de su buen desempeño, la Top Boy viene muy bien equipada y nos muestra algunos detalles interesantes y exclusivos que no se pueden pasar por alto, como por ejemplo su tablero que además de brindar la información habitual, velocidad, nivel de gasolina, etc. incorpora un tacómetro que tiene la línea roja a 8.000 rpm y esto le da un aire todavía más deportivo, pero también hay que destacar sus rines fundidos en aluminio y con un impecable acabado, al igual que los reposapiés plegables para el pasajero y la placa que recubre el piso para protegerlo, ambos fabricados también en aluminio, aunque está última nos pareció algo resbalosa.
Los comandos incorporan luz de «passing» en el botón de cambio de luces y la versión todoterreno viene con cubremanos.
Los comandos resultan muy funcionales y fáciles de usar, incorporando en el cambio de luces un botón de “passing” o luz de sobrepaso que sirve bastante en carretera. Siguiendo, encontramos unos manillares de tacto muy suave, rematados en los extremos por pequeños topes que sobresalen, al estilo de las motos grandes, y más arriba vemos unos retrovisores amplios que brindan una correcta información de lo que sucede a nuestras espaldas. Con respecto a la iluminación, las direccionales y el stop son muy visibles a cualquier hora y por seguridad viene con reflectivos en los laterales y sobre la placa, que garantizan que en todo momento seamos vistos por los demás vehículos. Con respecto al doble faro se nota que fue pensado más que todo para un uso urbano, donde lo principal es que lo vean a uno, por que en carretera de inmediato se hace evidente la falta de potencia en la iluminación y es necesario rodar con más cuidado de lo normal.
Bajo el asiento hay un amplio espacio donde se acomoda sin problemas un casco integral.
Otra gran virtud de la Top Boy es que nos brinda una capacidad de carga sorprendente, pues dispone de una guantera en la parte frontal que se cierra con llave y más atrás encontramos un amplio compartimiento bajo el asiento en el que cabe perfectamente un casco integral y que resulta de mucha utilidad para transportar objetos voluminosos, pero además cuenta con una parrilla que puede servir para amarrar pequeños paquetes y si todo esto no fuera suficiente hay un gancho bajo las piernas que permite llevar cosas colgadas.
La guantera nos permite llevar con total seguridad objetos pequeños
En lo referente a consumo de combustible, nuestras cuentas nos dieron un promedio de 90 kilómetros por galón rodando a fondo con pasajero, pero manteniendo un ritmo más moderado esta cifra mejoro bastante subiendo hasta 138 km/galón. Con estos datos y teniendo en cuenta que el tanque tiene una capacidad de 1,43 galones, la autonomía de la Top Boy puede estar por los lados de 140 kilómetros, pero es mejor no correr riesgos y recargar combustible con un buen margen de seguridad, por que al tener medidor de combustible en el tablero, no la dotaron de reserva.
El disco de 180mm con pinza de doble pistón tiene un poder de frenado sorprendente.
En conclusión
Cuando recibimos la Top Boy teníamos bastantes expectativas frente a ella, sobretodo por lo que ya habíamos leído de Kymco y de algunos de sus scooters, y debemos decir que nos dimos gusto rodando con ella mientras estuvo en nuestras manos y descubriendo que en todo sentido superaba con creces las expectativas que teníamos y esto nos ayudo a terminar de convencernos que no puede ser casualidad que una marca logre en tan poco tiempo el éxito que tuvo Kymco en los más exigentes mercados, donde la gente antes de fijarse en el precio, piensa en calidad, en rendimiento, en diseño y en equipamiento, cualidades que tiene de sobra la Top Boy.
Pero más allá de cualquier análisis detallado están las sensaciones que nos brinda esta máquina, que hace de la conducción algo tan divertido, fácil y emocionante, que honestamente no provoca bajarse de ella y si a todo esto le añadimos la posibilidad de elegir entre dos opciones, el respaldo de Auteco y un precio de $4.849.000 estamos seguros de que nadie se quedará indiferente ante la Top Boy.
Texto y fotos: Juan C. Posada
¿Asfalto o Campo?
La Top Boy «Sport» luce muy bien con su guardabarro pequeño y sus llantas de bajo perfil montadas en rines de 12 pulgadas.
La Top Boy viene en dos versiones, que son en esencia la misma moto, pero cada una con un marcado estilo que le permitirá a cada persona elegir de acuerdo a su gusto.
Los que prefieran el campo, podrán elegir la versión “Todoterreno” que viene equipada con un guardabarro delantero alto, guardapolvos en la suspensión delantera, protector de farola, cubremanos, parrilla en tubería y llantas doble propósito montadas en rines de 10 pulgadas.
Pero si lo que más nos gusta es disfrutar del asfalto, entonces debemos pensar en la versión “Sport” que trae una pequeña aleta en la parte baja del frontal y un guardabarro sport pegado a la llanta que luce muy bien, además de esto tiene una parrilla fundida en aluminio y rines de 12 pulgadas calzados con llantas pisteras de bajo perfil.
Los Más
+ La potencia, la aceleración y la suavidad.
+ Muy buena capacidad de carga.
+ El poder de frenado del disco delantero.
+ La calidad de todos los acabados.
+ La posibilidad de elegir entre dos versiones.
Los Menos
– Le falta adherencia a la lamina del piso.
– Les hace falta potencia a las luces.
Ficha Técnica | ||
Motor | Monocilíndrico 2T, refrig. por aire forzado 101.3 c.c. 7.2 : 1 9 hp a 6.000 rpm 1.06 Kgm a 5.500 rpm Eléctrico y patada Centrífugo automático Variador automático Telescópica Hidráulica Monoamortiguador Disco 180mm Tambor 110mm 90.5 kg. (en seco) 5.5 Lt. (1,4 galones) $4.849.000 |
Edición 39
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