A finales de los 70´s Kenny Roberts, un desconocido en Europa, llegó con su extraño manejo y revolucionó el mundo de los Grandes Premios de Velocidad. Su estilo agresivo, con el cuerpo descolgado, la rodilla por el suelo y el increíble dominio del derrape le daban una ventaja tal, que en su primer año ganó el primero de tres campeonatos consecutivos.
22 años después de que su padre consiguiera su primer título mundial de 500, Kenny Roberts hijo, se impone en la misma categoría, consiguiendo un doblete padre / hijo nunca antes alcanzado por nadie.
En Europa, Kenny era conocido como “El Marciano”, con lo cual se referían a que venía de otro mundo, algo comprensible dadas las diferencias abismales entre el motociclismo que se practicaba en Estados Unidos y el concepto europeo de los GP (Grandes Premios). En su país, Kenny era más conocido como “King Kenny”, el Rey que sobre una Yamaha había traído tres títulos mundiales, no sin antes ser Campeón del Grand National, máximo título del motociclismo en la velocidad de Estados Unidos.
En 1978 en el circuito de Nürburgring, Alemania, mientras un pequeño niño de 5 años montaba en su bicicleta, su padre se coronaba Campeón del Mundo de 500. El pasado 8 de Octubre en el circuito de Rio de Janeiro, en Brasil, ese mismo niño, ahora con 27 años, se coronaba como Campeón Mundial de 500, faltando dos carreras, y con su padre presente, celebrando el cuarto título de lo que ya se convierte en una dinastía.
Padre e hijo, posando orgullosos con el número 1 en el carenado de la Suzuki RGV 500.
King Kenny II
Kenny Roberts nació, casi literalmente, para correr en moto. A pesar de que en este sentido la decisión final fue suya, el destino difícilmente podía haberle marcado el camino con mayor claridad. Cada paso en su carrera deportiva fue guiado por uno de los hombres más ilustres en la historia de las carreras: su padre, «King» Kenny Roberts.
«Little» Kenny nació al sonido de los motores de dos tiempos de GP y creció en el bullicio de las pistas del Mundial, mientras su padre sumaba tres coronas en la categoría de 500 c.c. Nacido en Modesto, California, practicó «dirt-track» en el rancho de su padre junto a varias generaciones de grandes pilotos, entre los que se encontraban Kenny Roberts Senior, Wayne Rainey, Eddie Lawson, Randy Mamola y muchos otros. Ya desde entonces su pilotaje competitivo quedó patente.
«Siempre pensé que un día sería capaz de ganarles. Cuando me enteraba que iban a venir al rancho me pasaba horas arreglando la moto. Recuerdo que incluso lustraba los radios de las ruedas para que todo estuviese perfecto. Para mí, rodar con ellos eran mis GP», recuerda hoy Kenny.
Kenny comenzó a correr gradualmente, empezando en carreras de motocross a los 15 años. Un año más tarde decidió seguir los pasos de su padre y comenzó el proceso que le llevaría hasta lo más alto en carreras de minimotos.
Desde 1993 cuando se coronó campeón el tejano Kevin Schwants, ni Estados Unidos ni Suzuki ganaban el Título Mundial. Ahora en el 2001, la idea es repetir.
«Lo podía haber hecho mejor»
«La decisión de hacer de las carreras mi profesión fue mía. Mi padre nunca me forzó a correr. De hecho, intentó convencerme para no hacerlo. Una vez estaba viendo a John (Kocinski) corriendo en Sears Point. Había rodado con él, y recuerdo que pensé que si él era capaz de hacerlo, yo también; y probablemente mejor». Su debut con motos «grandes» tuvo lugar en 1990 sobre una 400 c.c. de carretera, con la que ganó cinco carreras antes de pasar al campeonato nacional. En 1991 terminó segundo en el campeonato WERA. Las dos siguientes temporadas, siendo todavía un aprendíz, tomó parte en el campeonato AMA 250, donde midió sus fuerzas con quien hoy es el favorito para hacerse con el Campeonato del Mundo de Superbikes, Colin Edwards.
Durante 1993 tuvieron lugar dos acontecimientos importantes en la carrera deportiva de Kenny Roberts: su primera carrera fuera de los Estados Unidos y su primer Gran Premio. La cita extranjera tuvo lugar en España con motivo de las competitivas Ducados Open Series. Allí Kenny conoció un nuevo nivel de pilotaje, terminando segundo y conquistando su primera victoria en Europa al ganar en el circuito español de Calafat. En cuanto a su primer GP, este fue el celebrado en Laguna Seca, donde obtuvo sus primeros puntos en el Mundial al acabar décimo.
Roberts, luce tranquilo antes del GP de Rio, donde lograría el título anticipado
Su trayectoria en el Campeonato del Mundo
Kenny llegó a los GP en 1994 a lomos de una 250 c.c. propiedad de su padre en un equipo dirigido por el triple campeón del mundo, Wayne Rainey. Pero su primera temporada fue interrumpida por una grave fractura de brazo que le mantuvo apartado de las cuatro últimas carreras. Continuó en la misma categoría en 1995, quedándose a las puertas de obtener su primer podio y terminando finalmente octavo en el campeonato.
Pero la verdadera meta de Kenny era 500. Kenny entró en el equipo Yamaha de fábrica en 1996 para correr en la categoría reina. A mitad de temporada su adaptación a la nueva moto le permitió clasificarse para la primera fila de la parrilla de salida en el circuito de Brno y obtener un cuarto puesto.
Los dos siguientes años supusieron una inflexión en su trayectoria aunque supusieron una enorme ganancia de experiencia. Kenny fue uno de los dos pilotos de la artesanal Modenas que su padre había decidido fabricar. El rendimiento de la moto se vio frenando por constantes problemas técnicos, lo que sin embargo no impidió el rápido desarrollo del pilotaje de Kenny. Fue una época en la que se gestó el entendimiento y la perfecta comunicación con Warren Willing, director técnico del equipo Modenas y actual director Técnico en Suzuki.
En mitad del pelotón de la categoría reina, Kenny estaba fuera de los focos de atención, pero sí maduró rápidamente. «Pilotar la Modenas me enseñó a saber sacarle a una moto su máximo rendimiento y pilotarla constantemente a este nivel».
Con la Suzuki, Kenny Roberts ha podido demostrar su talento, algo que no pudo hacer con la Modenas desarrollada por su padre. Aquí lo vemos en el pasado GP de Brasil, donde consiguió el campeonato de forma anticipada.
Con Suzuki a lo más alto
El pasó de Kenny del equipo de su padre a Suzuki en 1999 supuso una decisión crucial. De una manera ú otra, desde la marcha de Kevin Schwantz y Daryl Beattie, Suzuki había pasado por momentos difíciles.
«Pienso que Warren Willing creía que la Suzuki tenía potencial para ganar. La fábrica tenía la misma meta que nosotros: dominar la categoría de 500», explica Kenny. «Estábamos convencidos de que podríamos lograrlo juntos». Kenny y Warren llegaron juntos a la fábrica y junto a los responsables de Suzuki trazaron un plan que debería llevarles al título en dos años. La temporada ’99 serviría para adaptar la moto a Kenny; en el 2000 el objetivo sería ganar.
La historia demuestra que su plan se cumplió a la perfección. Kenny se sorprendió a sí mismo al ganar las dos primeras carreras y dos más a lo largo de su primera temporada, lo que le llevó a terminar el ’99 como subcampeón.
Mucho antes de esto, piloto y fábrica habían demostrado su confianza mutua al estampar sus firmas en un contrato que unía a ambos hasta el 2002.
«Mi primera meta era ganar el campeonato, pero incluso en aquellos momentos pensaba más allá. La meta de Suzuki y mía es defender el título conquistado hoy en los años que tenemos por delante».
Texto y Fotos: Suzuki Racing Team
Adaptación: Juan C. Posada
Edición 20
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