Con la apertura el mercado Colombiano ha visto como se han incrementado las alternativas de compra en todos los sectores, incluidas las motos. Varias ensambladoras han surgido en los últimos años, a la vez que otras marcas han importado sus motos directamente. Con esto el motociclista ha sido el más beneficiado, pues ahora cuenta con una gran gama de alternativas, sobre todo en modelos pequeños de uso ciudadano.
Una moto ciudadana ante todo, muy fácil de conducir y con motor silencioso, suave y muy economico.
La JD 90 de Jialing es un producto ensamblado en el país, por Motos Jialing S.A. empresa formada en un 50% por inversión de la casa matriz de China y el otro 50% de capital Colombiano, ubicada en Cali y que inició labores en septiembre de 1996. Cabe aclarar que la Jialing Co. es una empresa China que produce motos en asocio con una compañía Japonesa desde 1991, participando de sus desarrollos y de su tecnología.
La moto que pudimos probar es un modelo de vocación ciudadana, de diseño actual y con un nivel de acabados equiparable al de cualquier otra marca, siendo justo destacar la calidad de la pintura, que en nuestra unidad se notaba impecable, a pesar de tener ya algunos kilómetros encima, al igual que todas las piezas plásticas y en general todos los elementos, lo cual habla de un correcto trabajo de ensamble. En cuanto a equipo la JD cuenta con un tablero de bonito diseño, con indicador de combustible, velocímetro, testigos luminosos y contador total. El asiento ofrece espacio suficiente para dos y debajo de éste, se encuentra el tanque de gasolina y un lugar para las herramientas, al cual se accede usando la llave de la moto. Su iluminación es la adecuada para el uso urbano, salvo las direccionales, poco visibles en el día. Adelante cuenta con una cómoda canasta, que puede desmontarse y tener una parrilla porta paquetes, o si se desea, suprimirse completamente, mejorando así el aspecto de la moto. De frenar se encargan dos tambores, que aunque cumplen con su labor se quedan algo justos. En cuanto a suspensiones podemos decir que la delantera trabaja correctamente, mientras la trasera se muestra muy blanda, a pesar de contar con un sistema de regulación de la dureza, con lo cual es fácil rozar el gato en las curvas o desniveles, más si se va acompañado.
El tablero está muy bien logrado y además es muy completo, mostrando al igual que toda la moto un óptimo nivel de terminación.
Su planta motriz es un cuatro tiempos refrigerado por aire, de 85cc que entrega 7.2 hp a 7000 rpm, que acompañados por una caja de 4 velocidades son suficientes para moverse sin angustias, incluso para hacer alguna salida por carretera.
Comportamiento
Su posición de manejo es la usual en motos de esta clase, con las piernas descansadas y los brazos en posición natural, muy cómoda para el uso diario, los comandos están bien ubicados, sólo al principio cuesta acostumbrarse al selector de cambios, pero en pocos kilometros lo tendremos dominado. El funcionamiento del motor es muy suave y gracias al arranque eléctrico fácil de poner en marcha. La caja es algo brusca, normal en sistemas semi – automáticos y sus relaciones se encuentran bien escalonadas, las dos primeras aptas para subir, la tercera muy flexible en ciudad y una cuarta que le permite llegar con facilidad a los 80 Km/h.
La JD se deja manejar sin problemas, solo con el inconveniente de la suspensión trasera, problema que se solucionaría cambiando los amortiguadores por unos de mayor dureza.
Sin duda alguna la JD 90 se muestra como una muy buena opción dentro de su segmento, con una relación precio – producto muy adecuada y con el respaldo de una ensambladora muy bien estructurada, que además se ha preocupado por ofrecer un adecuado servicio y un producto que esta en capacidad de competir con cualquiera de sus rivales.
Edición 4
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