Tener la posibilidad de probar una moto es siempre algo emocionante, preparar todo el material que se va ha necesitar, las cámaras, los formatos para las tomas de datos, documentarse lo suficiente sobre la moto y…. hasta que al fin llega el día señalado y con todo a punto nos dirigimos a recoger nuestra compañera de aventuras. En esta ocasión se trataba de una moto que desde su llegada ha causado un gran impacto, no solo por ser un nuevo modelo (completamente nuevo) sino por ser una moto que muchos llevábamos bastante tiempo esperando.
Una moto muy divertida y fácil de llevar, sin importar si es uno o son dos los que viajan
Proveniente de la planta que Honda tiene en el Brasil, la XLR nos llega dándole un gran respiro a la marca del ala dorada, en nuestras tierras, pues desde hace ya algún tiempo sus motos enduro habían quedado desfasadas tecnológica y estéticamente frente a sus competidoras de otras marcas.
Finalmente el día llego y nosotros nos dirigimos muy puntuales a recoger “nuestra” XLR. Con poco más de 1000 km. la moto lucía como nueva, un terminado al estilo de Honda fue lo que llamó primero nuestra atención, luego de darle varias vueltas y muchas miradas nos decidimos a iniciar la aventura.
Estéticamente la XLR se sobra, su aspecto es el de una moto de enduro, recordándonos inmediatamente a sus hermanas mayores las XR, sólo un detalle la desfavorece y es la ausencia de “fuelles” en las barras de la suspención delantera, en cambio atras el monobrazo PRO-LINK le da a la moto gran presencia, cabe destacar también los deflectores que van sujetos al tanque, cuya función es desviar el flujo de aire hacia el motor.
Al subirnos en ella notamos de inmediato una correcta posición de manejo, con los brazos y piernas relajados y una postura que permite maniobrar muy bien la moto por todo tipo de terrenos. El pasajero también goza de una correcta posición, con los tacos sujetos al chasis y un asa para sujetarse al lado derecho. Los comandos están ubicados correctamente, lo mismo que el tablero, en el cual hubiéramos querido encontrar un tacómetro y no las marcas de los puntos de cambio pintadas en el velocímetro.
Su vocación no es el motocross, pero esto no le impide hacer sus pinitos dando uno que otro salto, además en campo abierto no lo hace nada mal, aunque siempre teniendo mucho cuidado de no golpear el motor, ya que éste va muy expuesto a las piedras y carece de una placa protectora, la cual debería equipar de serie.
En Medellín hay un club de XLR llamado «Honda Camel», el cual realiza salidas muy agradables en grupo, además de otras actividades.
Acoplarse a la moto es cosa de minutos, en ella todo es fácil, ya en marcha lo que más agrada es lo silencioso de su motor, el cual a bajas revoluciones es casi imperceptible. Manejando por ciudad la moto va muy bien, el motor es muy progresivo y el tendido de relaciones bien escalonado para sacarle el mejor partido. Al ser tan liviana la XLR se maneja sin ningún esfuerzo y se deja llevar como uno quiera. En carretera es donde más uno se divierte, su motor estira bastante y permite conseguir buenos promedios subiendo solo o acompañado. En carreteras con trazados muy sinuosos es donde más jugo se le saca a la moto, pues las suspensiones, aunque algo blandas, y la geometría del chasis le confieren un comportamiento muy predecible en curvas, sin movimientos extraños o tendencia a rebotar y todo apoyado por unos frenos muy progresivos y modulables.
Sistema Pro-Link en el tren trasero. Nadie puede negar que es uno de los principales atractivos de la moto. El amortiguador combina aceite y gas comprimido. Lástima que en esta versión no pueda ser regulado en compresión o rebote, sin embargo la moto se defiende bien.
También llevamos a nuestra compañera por terreno destapado, donde se mostró muy a gusto, sin desajustes ni ruidos raros en la suspensión, nos adentramos por terrenos difíciles donde disfrutamos haciendo un poco de trial, sin llegar a notar en ningún momento muestras de fatiga en el clutch o en el motor, sólo preocupándonos por la falta de una placa protectora de motor, elemento casi indispensable en este tipo de motos. Algo importante es revisar siempre que la moto este segura antes de dejarla apoyada en el gato, sobretodo en lugares con desniveles o poco firmes, a nosotros se nos cayo y en terreno destapado, ya nos imaginábamos dando explicaciones, pero al levantarla fue muy tranquilizante ver que no había sufrido ni un rasguño, sólo un poco de pantano en el manillar y en la tijera.
Aquí apreciamos la disposición interna de los elementos del motor, un cuatro tiempos muy eficiente y de diseño compacto.
Para terminar, podemos decir que nos ha quedado un buen sabor de esta moto, como medio de transporte es ideal, como herramienta de trabajo también, un viaje largo no la atemoriza y si aún quedan ánimos podemos salir al campo y adentrarnos por trochas y senderos disfrutando de lo lindo con ella. Además su aspecto, sobretodo la parte de atrás con el Pro-Link es lo que muchos esperábamos de Honda en los 90. El motor da todo lo que puede esperarse de él, es económico y de bajo mantenimiento.
Aunque hay opiniones encontradas, este es a nuestro parecer el mejor ángulo de esta moto, nos recuerda a su hermana la XR
Honda ofrece 1 año o 20.000 km. de garantía lo cual de por sí habla de la calidad de la moto, esto unido a un precio muy acorde a su categoría y cilindrada la convierten en una opción muy interesante en el competido segmento de las 125 de enduro. Hasta la Próxima.
Hay que destacar la suavidad del motor que equipa la XLR, un cuatro tiempos de implecable presentación, también hay que mencionar lo accequbles que son sus diferentes elementos, lo cual facilita mucho las labores de mantenimiento y limpieza.
El Propulsor
La XLR está equipada con un motor monocilíndrico cuatro tiempos refrigerado por aire y lubricado mediante un sistema mixto (bomba y barboteo), su distribución es mediante empujadores, con el árbol de levas en el bloque OHV y dos juegos de balancines, prescindiendo de la cadena de distribución usada en modelos anteriores, esto fácilita las operaciones de mantenimiento en la parte superior del motor y da mayor confiabilidad mecánica al conjunto.
Texto y Fotos: Juan C. Posada R.
Edición 2
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