Si les parece algo irónico el titulo de este artículo, más irónico será el contenido, pero la idea de todo es mostrar una absurda realidad y tratar de concientizar a la mayoría, sobre lo importante que es llevar en la cabeza, bien amarrado, un casco “de verdad”.
Ciegos, Sordos y Bobos
Estas tres palabras, que no sólo se parecen al titulo de una canción de Shaquira, pueden definir tres de los personajes importantes en esta historia. El Ciego viene a ser nuestro Organismo de Tránsito, que a sabiendas de que muchos de los cascos que la gente usa, sólo sirven para proteger del sol, no hacen nada por educarnos, ni por prohibir la venta de estos cascos. Con esto cada que un ciudadano sufre un accidente y su casco “virtual” o “anti-tránsito” lo ayuda a darse más duro, el problema se agrava, pues comienza la gente a decir que los cascos son un peligro. Además habría que pensar hasta donde el mismo tránsito es responsable de esto, pues no fue capaz de prevenir al usuario y sancionar a quién le vendió el supuesto casco. Los Sordos son los que todavía se niegan a usarlo, sin importar cuantas veces les diga uno lo fácil que se daña un cerebro humano y lo difícil que es arreglarlo. Pero eso sí, el celular lo protegen con un estuche de cuero, y de los mejorcitos, no sea que en una caída se vaya a rayar.
Este es un casco «virtual» sometido a un golpe normal para cualquier casco «de verdad».
Imaginen la cabeza del dueño.
Por último los Bobos son los que aún sabiendo que sus cascos protegen más que un condón de manga sisa, siguen con ellos, con las correas amarradas por arriba, felices por que nunca los sanciona el transito o mejor Los Ciegos.
En nuestro número anterior planteamos un concurso donde la pregunta era, cómo crees que debe ser un casco de verdad, y a cambio se podían ganar un casco NZI patrullero, que cumple estos requisitos. Las cartas que recibimos mostraron que la mayoría saben como debe ser un casco, lo cual facilitaría las cosas en el momento en que el Tránsito tomara en serio el asunto de los cascos, cumpliendo su labor educativa y tomando medidas contra los cascos “virtuales”, que de cierta forma ellos patrocinan.
Casco PATRULLERO: Uso ciudadano en motos pequeñas.
Casco de MOTOCROSS: Para Enduro, Motocross y campo.
¿Cómo reconocer un buen casco?
– El material exterior debe ser resistente, liso y homogeneo.
– Debe tener un recubrimiento interior de “icopor” duro, debajo del forro acolchado, como mínimo de 15 milimetros de espesor, que en caso de impacto se encarga de absorver la energia y desacelerar la cabeza.
– Las correas deben verse resistentes, tener sistema de ajuste y el broche debe ser muy seguro pero fácil de liberar.
– Por último debe tener una marca que lo respalde y un distribuidor serio que pueda garantizar el producto.
– Además de esto debe quedar ajustado, no apretado y debe permitir una buena visibilidad.
Casco INTEGRAL: Uso en carretera, máxima protección.
Casco JET: Uso mixto, caretera y ciudad.
¿Cómo reconocer un casco “virtual”?
– Generalmente son muy baratos, pues sus materiales nunca cumplen los requisitos de calidad.
– No tienen recubrimiento duro internamente, la mayoria se conforman co una espuma o un acolcado similar al de una chaqueta.
– Son demasiado livianos.
– No traen talla, simplemente el que mejor le quede.
– Sus correas se ven muy débiles, tanto que uno no se atreve a tirar de ellas con fuerza y sus broches parecen los de una lonchera.
– Quien los fabrica nunca se atrevería a poner en ellos su marca o su dirección, si mucho llevan una calcomanía que los decora.
En la parte posterior de este casco, se pude apreciar la etiqueta con la homologación de un instituto español de calidad.
Capa interna de icopor duro y otra etiqueta con la marca del casco.
Si al leer esto ha sentido que su cabeza y la de su acompañante, de quién usted es responsable, pueden estar en peligro, o que su casco clasifica entre los “Virtuales”, lo invitamos a que se pregunte ¿cuánto vale su cabeza?, de seguro lo suficiente para invertir en un casco «de verdad».
Edición 9
Todo el contenido es considerado propiedad intelectual de la Revista y está protegida bajo las leyes de derecho de autor. No puede ser copiado total o parcialmente, sin la autorización escrita de los editores.