El mundo de Ivana y Manuel…
Hace poco tuvimos la suerte de cruzarnos en el camino de Ivana y Manuel, una pareja de viajeros, oriundos de Macedonia y España
El pasado 17 de abril cumplieron dos años haciendo realidad su sueño de dar la vuelta al mundo en moto, una Yamaha Ténéré 660 que los ha llevado por 30 países de Europa, Asia, Oceanía y Suramérica en una ruta de 69.000Km.
Muy pronto estarán en La Feria de las 2 Ruedas, dispuestos a compartir sus experiencias con todos los que quieran acercarse a su stand o asistir a sus charlas. Su idea es enseñar a partir de lo que ha sido su aventura y tratar de motivar a la gente a salir de viaje a conocer su región, su país o su continente, dejando a un lado tantos prejuicios que existen a la hora de viajar en moto.
Los dejamos con una pequeña entrevista:
¿Qué los animó? Nuestros últimos 10 años están llenos de viajes, y solo nos preocupaba ahorrar dinero para empezar el siguiente o continuar en el que estábamos. Alguna vez compramos una vieja Royal Enfield en el norte de India con la que recorrimos todo el país hasta llegar al Sur. Fue nuestro primer contacto con el mundo de las motos y descubrimos que podíamos disfrutar de una sensación de libertad que no habíamos conocido antes. Era el vehículo perfecto que se adaptaba a nuestra forma de viajar, haciendo del viaje una aventura y una forma maravillosa de conocer el mundo y también porque todos admiran a ese viajero en moto, lo cual nos ayuda mucho para contactar con las gentes de diferentes culturas que conocemos en el viaje.
¿Por qué la vuelta al mundo? Empezar un viaje que cruzase todos los continentes fue un sueño que hace mucho tiempo teníamos. Para 2011 pensamos que ya era hora de ponerse a trabajar para hacerlo realidad, y después de 2 años finalmente pudimos arrancar. Queremos que nuestro viaje sea un ejemplo más para nuestros seguidores, para que se animen a trabajar en sus sueños, y también para presentarles un mundo más bonito de como suelen pintarlo, a que le pierdan el miedo a lo desconocido y empiecen a confiar en ellos mismos y en la gente, porque en este mundo hay mucha más gente buena que mala, y que ser diferente tiene muchas ventajas.
Para el viaje no usamos GPS ni mapas, nos centramos en las indicaciones de la gente local y tratamos de evitar las vías principales.
Nunca dormimos en hoteles, de hecho nuestro gasto en alojamientos es 0, potenciamos en contacto con la gente local a quienes les pedimos lugar para pasar la noche, así aprendemos mejor sus tradiciones y la cultura de los lugares que visitamos. Pero también nos gustan las acampadas al aire libre, la lista de lugares donde dormimos es larga y diversa, desde templos budistas, bomberos, calabozos en India e Indonesia, hospitales, etc.
Próximo destino: cruzar toda América hasta llegar a Alaska, una vez allí embarcarnos hasta Siberia, Mongolia, Rusia, y así volver a Macedonia por el Este de Europa. Aunque habrá dos finales uno en Macedonia y otro en España.
Momento más duro: Montañas de Pamir, Noviembre 2013, principios de invierno. Tormentas blancas, temperaturas de -20ºC, nieve, hielo, poca población.
Accidentes: hubo varias caídas que se producen a poca velocidad cuando estas cruzando terrenos embarrados, ríos, caminos de piedras, pistas heladas… En uno de esos caminos, en la carretera austral chilena, hace tres meses caímos produciéndose una rotura de tibia y peroné de la pierna derecha de Ivana, necesitando de ser operada para ponerle 9 tornillos y una placa.
De Colombia: nos gusta la hospitalidad de la gente, su naturaleza y la comida, pero sobre todo la sorpresa de encontrarnos con quizás el país que más se diferencia de los tópicos que existen sobre él. No nos sentimos inseguros en ningún momento, más bien todo lo contrario, bien arropados por su gente.
Elegimos la Yamaha Ténéré por tres razones principalmente que nos hacen tener mucha confianza en la moto en nuestra vuelta al mundo: Autonomía de su tanque: con sus 23 litros podemos rodar hasta 500Km, lo cual nos evita problemas, sobre todo al cruzar desiertos donde encontrar gasolina a veces no es tan fácil. La potencia que tiene es más que suficiente, a pesar de que viajamos dos personas y un equipamiento de 60 kilos. Nunca se quedó corta en potencia cuando más la necesitamos cruzando ríos, subiendo montañas o en las dunas. Su mecánica funcional, la ausencia de electrónica como en otras motos nos animó a elegirla, porque no necesita de conectarse a una computadora para localizar y arreglar los problemas. Sabíamos que cruzaríamos países donde las motos de gran cilindrada escasean, y ante cualquier posible problema o accidente sería mucho mejor tener una moto que pudiera repararse al menos temporalmente de forma rápida para poder seguir el camino.
Lugares imperdibles en Suramérica? Salar de Uyuni (Bolivia): Durante el viaje por el altiplano boliviano nos encontramos con el desierto de sal más grande del mundo. La fina capa de agua que formó las últimas lluvias lo han convertido en un enorme espejo del que no se puede ver el final. Sólo el reflejo del cielo y nosotros mismos adentrándonos en esta belleza. Te sentirás como volando en un espacio indefinido, relaja tu mente y disfruta de este lugar mágico que nos regaló el planeta.
Patagonia (Argentina): A pesar de que a primera vista parece que este vasto territorio en el sur de Argentina no esconde grandes atracciones, verás que después de un cierto tiempo viajando por ella empiezan a mostrar muchos de sus secretos. Las inmensamente estrelladas noches, donde la vía láctea se convierte en nuestro techo o los guanacos que nos observan curiosos y corren a nuestro lado. Pero lo que nunca olvidaremos es el viento, una de los más fuertes del mundo y permanente. Todos los días después de un recorrido por la Patagonia sentía como si hubiéramos terminado de correr una maratón. Las piernas sujetan fuertemente el motor durante muchas horas de viaje para defenderse de los fuertes golpes de viento, con ráfagas que alcanzan hasta 130 kilómetros por hora. El estrés físico es constante, y también psicológico porque en caso de que ocurriera un accidente esta parte deshabitada sería un gran peligro. La distancia entre dos pequeños pueblos llega a ser de unos 400 km, sin red telefónica en algunas zonas y pueden pasar varias horas antes de ver un vehículo. Cruzar la Patagonia fue un gran desafío y ahora un orgullo para nosotros.
Ushuaia (Argentina): Hay lugares que son iconos para todo tipo de viajeros y la remota ciudad más austral del planeta sin duda es uno de esos lugares. Llegamos a Ushuaia, el punto más cercano a la Antártida hasta donde pudimos conseguir llegar con la moto. Cerca al mar hay un cartel que decía que llegamos al fin del mundo. Allí nos encontramos con un hombre suizo que llegó en jeep, un francés en su bicicleta y hasta un británico que viaja a pie desde los últimos 9 años. La energía que obtenemos de este momento mágico en el planeta, donde se pueden escuchar anécdotas, historias y sueños de muchos viajeros, nos ayudó a recuperar energías para continuar este largo viaje.
Valle Sagrado de los Incas (Perú): Cierra los ojos y piensa en Perú. Estas visualizando Machu Picchu, ¿verdad? Pero para llegar allí tienes que pasar primero el gran Valle Sagrado, donde parece que el tiempo se ha detenido siglos atrás. Los Incas son reconocidos por su conocimiento del universo y la naturaleza, que les permitió desarrollar muchas habilidades, como la construcción de caminos en una red que alcanzó miles de kilómetros y que tuvimos la oportunidad de atravesar con nuestra moto en un viaje al pasado para visitar pueblos donde perduran las costumbres, la lengua y las características de una civilización única a través de las personas que viven allí.
Si quieren ver más fotos de Ivana y Manuel y seguir el avance del viaje, pueden unirse a su sitio de Facebook: Aroundgaia